Il Capitano, una leyenda ligada al Milan y la Champions
Jon ORMAZABAL |
Lugar y fecha de nacimiento: Milán 26-06-1968 > Posición: Defensa > Clubes: AC Milan. > Partidos con la selección: 126. > Palmarés: 7 ligas y 1 Copa de Italia, 5 Copas de Europa en 8 finales. Ha disputado 4 Mundiales, siendo tercero en Italia 90 y subcampeón en Estados Unidos 94.
El nombre de Paolo Maldini quedará irremediablemente ligado al Milan -su club de toda la vida- y a la Liga de Campeones, el torneo en el que mayores logros ha conseguido. Y es que el italiano recibió el miércoles de la mano de Michel Platini, contra el que llegó a jugar en el Calcio, su quinto trofeo de la Copa de Europa, de la que ha sido campeón en 1989, 90, 94, 2003 y 2007, situándose a un título del madridista Paco Gento, al que intentará alcanzar el año que viene, ya que, a sus 39 años, ha renovado por una temporada más con el club rossonero.
Hablar de Paolo Maldini es hacerlo del mejor lateral zurdo del mundo, a pesar de su condición de diestro, y hablar de un error histórico -la no concesión del balón de oro- que ha hecho que muchos lo consideren el «Gary Grant del fútbol», al compararlo con el actor inglés, que tuvo que esperar a 1969 para recibir un Óscar honorífico a su carrera, tras merecerlo durante muchos años.
Diego Armando Maradona, -el único que le ha creado problemas a Maldini según otro mítico defensor rossonero como Franco Baresi- se apuntó a esta teoría, con algo más de sorna, al afirmar en su biografía que «Maldini se equivocó de profesión. Debió ser actor. Es demasiado lindo para jugar a la pelota».
Y es que el argentino y el milanista representan dos conceptos antagónicos del fútbol, porque si el Pelusa es el ejemplo de genialidad, Maldini representa la profesionalidad y el fair-play. Arrigo Sacchi, entrenador suyo en el Milan y la selección, lo conoce bien. «Con el balón ha sido bueno, pero no fenomenal. Como defensa, un fenómeno de longevidad. Le ha ayudado un físico extraordinario: progresión, velocidad, resistencia, elevación, todo. Aprendió a moverse sin balón. En el uno contra uno era casi infranqueable, se anticipaba, recuperaba, no dejaba moverse. Además, se crecía en los partidos importantes».
Sólo en uno de los 7 títulos milanistas en la Copa de Europa no ha habido un Maldini -su padre Cesare ganó en el 63- y la saga está asegurada con el joven Christian, que progresa en Milanelo para parecerse a su padre.