Soberanía, autoestima y cambio, ejes del Gobierno ecuatoriano
«Los ecuatorianos en estos momentos hemos dicho basta de chantajes y de sometimiento. ¡Queremos ser un país autónomo y decidir nuestro propio desarrollo!», exclama con voz pausada pero firme Mónica Chuji, ministra portavoz del Gobierno ecuatoriano, en su visita a Iruñea. Soberanía, autoestima y cambio son las claves del Ejecutivo de Rafael Correa.
Ainara LERTXUNDI
Soberanía, autonomía, cambio y autoestima, son los ejes de la política del Gobierno de Rafael Correa, «un Gobierno de corte nacionalista y con una línea política comprometida con el cambio», tal y como subraya Mónica Chuji, secretaria de Estado de Comunicación y ministra portavoz del Ejecutivo ecuatoriano. Dentro de una gira más amplia, la pasada pasada hizo escala en Iruñea para participar en las jornadas «América Latina: nuevas utopías», organizadas por IPES.
«Nuestros países han asistido en las últimas décadas a un corte neoliberal. Nuestro objetivo, por tanto, es convertir este sistema neoliberal en un sistema en el que el Estado esté al servicio de los ciudadanos que han sido excluidos por ese Estado excluyente y privatizador», remarca.
El deseo del presidente Correa y de su Ejecutivo es lograr un Estado «incluyente que empiece a trabajar en función del bien común». «Es lo que aquí hemos llamado el socialismo del siglo XXI, que se traduce en que los países latinoamericanos comiencen a recuperar su autonomía, soberanía y autoestima», incide Chuji. Con voz pausada pero firme denuncia «el sometimiento de América Latina a los vaivenes de los intereses y decisiones de las multinacionales».
«Basta de chantajes»
«Ahora -continúa- se ha empezado a poner un alto a esta forma de relación que han tenido nuestros países reivindicando la soberanía». Al hilo de ello, alude al papel que juegan el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«Nuestros anteriores gobiernos han estado acostumbrados a someterse a estos organismos. Hace aproximadamente dos años, Ecuador fue básicamente chantajeado por el Banco Mundial. Los ecuatorianos en estos momentos hemos dicho basta de chantajes y de sometimiento. ¡Queremos ser un país autónomo y decidir nuestro propio desarrollo!», exclama.
Con esa finalidad, añade, «el Gobierno ha orientado el presupuesto general del Estado hacia la promoción de la inversión social, priorizando la educación, la sanidad, la agricultura y, sobre todo, el medio ambiente».
Chuji incide en el compromiso de la administración ecuatoriana con el entorno natural y su «convencimiento de que una convivencia armónica entre los seres humanos y el medio ambiente nos permitirá ver mucho más allá y que las futuras generaciones puedan disfrutar del medio ambiente».
«Ecuador es parte de la cuenca amazónica; la labor mancomunada de los países puede ayudarnos a conservarla porque no sólo supone un beneficio para un determinado lugar sino que, como es sabido, se trata del pulmón del mundo; nos permite seguir viviendo», destaca.
El reconocimiento de la diversidad cultural es otro de los ejes de la línea de actuación. Se congratula de que, por primera vez, hay un 40% de mujeres ocupando «importantes ministerios» y de que estén representados todos los sectores del país.
Inversión extranjera y turismo
La lucha contra la corrupción ocupa también la atención del Gobierno. En este caso, Chuji se lamenta del «altísimo nivel de corrupción» que ha habido en Ecuador. «Trabajaremos para hacer transparentes todos los espacios y así garantizar la inversión extranjera. Existen garantías jurídicas y, sobre todas las cosas, reivindicaremos la soberanía y el respeto a los derechos humanos», manifiesta.
Además de la inversión extranjera, intentarán atraer al turismo. «Ecuador nos ofrece una amplia variedad de atractivos en las cuatro regiones: en la costa, la Amazonía, la sierra y Galápagos». Esta es una alternativa para recibir ingresos «toda vez que, dentro de veinte años se habrá acabado el petróleo y, por ello, debemos explorar nuevas vías de financiamiento».
En materia de política internacional, expone el deseo de estrechar relaciones con países latinoamericanos y europeos y, en ese sentido, observa con «optimismo» iniciativas conjuntas como el ALBA, el Banco del Sur o la Comunidad Andina de Naciones cuya finalidad «es buscar el bien común y fortalecer una autonomía regional, siempre pendiente de las necesidades de la mayoría de los ciudadanos».
«Por muchos años hemos estado sometido a las voluntades externas y no a la soberanía que debería tener cada uno de los países, y ese es un compromiso y un reto por el que atraviesa América Latina y, por supuesto, Ecuador», insiste.
Sobre el boicot de cierto sector de los diputados a una Asamblea Constituyente, Chuji recuerda que «el 82% de los ecuatorianos ha apostado por el cambio a través de una Asamblea Constituyente con plenos poderes». Muy ligado a ello y referente a la expulsión de 57 diputados, defiende «la independencia» del Ejecutivo porque «han sido los mecanismos reguladores competentes quienes, apegados a la Constitución, han dado su veredicto».
La quinta región de Ecuador
Chuji ensalza «los aires de cambio» que vive esta parte del continente aunque, constata «la incertidumbre que siempre generan los cambios, tal vez por falta de información o por el temor de algunos a perder sus privilegios». «No se puede hablar de justicia, bienestar o democracia cuando se está sujeto a las multinacionales o cuando miles de niños están fuera del sistema educativo. El ciudadano de a pie ya no soporta tanta iniquidad, deterioro ambiental y la forma mercantilista con la que se han manejado los anteriores mandatarios», concluye.
Antes de despedirse, anima a «no temer a los cambios» y saluda a todos sus compatriotas que han emigrado: «Es un sector muy importante; son la quinta región de Ecuador».
«Ecuador es parte de la cuenca amazónica; la labor mancomunada de los países nos puede ayudar a conservarla porque no sólo beneficia a un país, sino que es el pulmón del mundo que nos permite seguir viviendo»
«Nuestro objetivo es convertir este sistema neoliberal en un sistema en el que el Estado esté al servicio de los ciudadanos que han sido excluidos por ese Estado excluyente y privatizador», subraya Mónica Chuji.
El presidente Rafael Correa se ha visto envuelto en una espiral de acusaciones tras querellarse contra el diario «La Hora» por «difamación», ya que lo responsabilizó de la agresión que un grupo de diputados sufrió por parte de manifestantes. Como periodista y parte del Gobierno, Chiji no quiere pasar por alto este tema. «La libertad de expresión no es sólo propiedad de los medios, es también un derecho de cada uno de los ciudadanos y no puede ser confundida con calumnias que pueden poner en riesgo a un Gobierno y la estabilidad de un país», remarca.
«Hemos cuestionado la vinculación de muchos medios de Ecuador con el poder económico, la banca y su imparcialidad. Eso, de ninguna manera significa que el Gobierno persiga o coarte la libertad de expresión, a la que le tenemos un respeto absoluto», reitera Chuji. A. L.