Entre los cuadros que se pueden admirar en la muestra abierta el pasado jueves en las oficinas del Colegio de Abogados de Bizkaia -Rampas de Uribitarte, 3- figura la obra que ha otorgado a Koldo Etxebarria (Lemoa, 1960) el segundo premio del Certamen "Arte y Tecnología'' de Carsa-Arte, "El espacio habitado como metáfora del ser''.

Etxebarria es licenciado en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco. Trabaja en el departamento artístico de ETB y, en el terreno de la creación, investiga las posibilidades de las nuevas tecnologías.

Su objeto de estudio gira en torno a un eje: la belleza del ser humano. «Estamos hipnotizados con los objetos estéticos, sin darnos cuenta de que, al final, el origen de toda esa belleza está en el ser humano, dentro. Me interesa recuperar esa zona del ser humano, esa belleza interior, que está hecha de poética, de armonía y de gozo estético. Hay una dimensión en el ser humano que está hecha de esa sustancia, que va más allá de los procesos ideológicos, de los aspectos físicos, de las condiciones sociales, está detrás de todo y es una condición universal», explica.

Para la portada del catálogo que se ha publicado con motivo de esta exposición individual, Etxebarria ha escogido el cuadro que da título a la exposición, que contiene un guiño a la pintura de Mark Rothko. No es la única referencia a otros artistas y a la Historia del Arte.

Sin embargo, Koldo Etxebarria los convierte en elementos secundarios dentro de sus cuadros. Lo importante para él es el individuo, que presenta siempre en momentos de quietud, «que es cuando sale esa dimensión interior».

El color es un elemento fundamental en el repertorio artístico del pintor vizcaino. Cuida con especial mimo la luz, las sombras y la armonía. Todos ellos son elementos que contribuyen con un ambiente que remarca la poética existente dentro la arquitectura.

El creador defiende un proceder «moderno y actual» frente a quienes prefieren las fórmulas tradicionales. Para explicar el procedimiento que utiliza para construir sus cuadros, ha creado en esta misma sala un espacio pedagógico, en el que descubre algunas de las claves de su trabajo con Autodesk Maya. «Yo soy pintor y afronto el ordenador como si fuera un lienzo. Llevo muchos años trabajando con estas tecnologías, bastante asentadas en cine y televisión. Yo les he dado un uso pictórico».