Euuuuuupppppppp!!!!!!!
Ines INTXAUSTI
Crítica de televisión
Uno de los programas con mayor repercusión mediática y extra mediática de EITB ha sido, sin lugar a dudas, «Vaya semanita». O lo que es lo mismo en términos televisivos actuales (¡): «VS». Andoni Agirregomezkorta, el típico vasco campechano y entrañable, pisa y secuela las huellas indelebles de Oscar Terol. Casi nadie recuerda que fue precisamente Terol el alma mater de tan significativo producto. Un programa de humor cuya gracia absoluta recae en el tópico más atávico de lo antonomásticamente vasco. Una especie de label recurrente sin principio ni fin.
Si Peru Arloteagagoitia y Txomin del Regato hubieran resucitado, estarían clavados en sendos crucifijos life size dentro del plató de «VS». Pero lo más desternillantemente divertido, lo que hace que el espectador se muera de risa semanita tras semanita en el sofá de su casa es el casting de guionistas que perpetra cada uno de los esqueches del programa. Jóvenes y no tan jóvenes de también significativas familias que viven en el País Vasco -mejor dicho, en el país- quienes entienden el epíteto como algo txirene, risible, presa y continuo leit motiv burlesco que coloca el prototipo vasco en una especie de «diana-raña» escupidora que alimenta la mofa del graderío circense.
Creo que Agirregomezkorta sabe euskara. Y seguramente (sospecho) que no se avergüenza de ello, como no se avergonzaría (sospecho) de saber alemán, trigonometría, física cuántica, ruso o egiptología y antropología. Hay mucha gente que no sabe nada de esto y en su ignorancia es suficientemente feliz. Claro que no se dedica a hacer tres mil chistes por año con las obligatorias palabras de: vasco, cuadrilla, abertzale, vino, caca, culo...
Y no me extrañaría que sea exactamente ahí donde radique esa sensación -sea falsa o no- de sentirse feliz. Txakurrak daki! (para los de «VS», esto es una expresión que no deben tomar al pie de la letra).
Parece que se sienten más seducidos por Patxi López o Carlos Iturgaitz que por el lehendakari. Patxi y Carlos no están en el fondo del armario de los guionistas. O quizá estén -en el fondo- pero no salen. Del armario.