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La OMS exige prevención real de los riesgos sicosociales en las empresas

El Plan de Acción Mundial sobre la Salud de los Trabajadores 2008-2017 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) exige a los gobiernos incorporar medidas efectivas para garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores. Insiste en el control de los productos químicos y advierte que «hay que controlar y prevenir» los riesgos sicosociales, los biológicos, los físicos y los mecánicos.

Juanjo BASTERRA

El Plan de Acción Mundial sobre la Salud de los Trabajadores 2008 a 2017, acordado en la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud hace unos días en Ginebra, exige a los gobiernos que actúen con medidas eficaces para preservar la salud de los trabajadores. Desde la prevención de los riesgos físicos hasta los sicosociales, que en el listado de enfermedades del Gobierno español y de la Unión Europea no aparecen.

Esta iniciativa pone de manifiesto la falta de seguridad y salud en el trabajo, no sólo en las zonas menos desarrolladas del planeta, sino también en el mundo supuestamente desarrollado. Las carencias que la OMS detecta en esta materia ponen en entredicho las medidas llevadas hasta la fecha, en general, por los diferentes países.

«Los trabajadores constituyen la mitad de la población del mundo y son los máximos contribuyentes al desarrollo económico y social. Su salud no está condicionada sólo por los riesgos en el lugar de trabajo, sino también por factores sociales e individuales y por el acceso a los servicios de salud», explica el organismo de la ONU.

La OMS recuerda que «se registran grandes diferencias dentro de los países y entre éstos en lo relativo al estado de salud de los trabajadores y su exposición a riesgos laborales». Lamenta, por otro lado, que sólo una pequeña minoría de la fuerza de trabajo mundial «tiene actualmente acceso a los servicios de salud ocupacional».

Prevención primaria

Ante esta radiografía negativa, la organización internacional determina en su plan de acción que la salud de los trabajadores debe iniciarse en «la prevención primaria de los riesgos laborales, la protección y promoción de la salud en el lugar de trabajo, las condiciones de empleo y la mejora de la respuesta de los sistemas de salud de los trabajadores».

De estas recomendaciones tienen que tomar buena cuenta los gobiernos autonómicos de Euskal Herria, dado que las carencias en materia de prevención de riesgos laborales y vigilancia de la salud se manifiestan de manera constante en los centros de trabajo. De hecho, la OMS exige a los gobiernos que adopten medidas eficaces para que «el lugar de trabajo no debe perjudicar la salud ni el bienestar. La prevención primaria de los riesgos para la salud de los trabajadores merece una atención prioritaria.

Amianto y hepatitis

La OMS advierte que «las actividades relacionadas con la salud de los trabajadores se deben planificar, poner en práctica y evaluar, con miras a reducir las desigualdades dentro de los países y, entre ellos, en lo que respecta a la salud de los trabajadores». Para llevar adelante actuaciones en favor de la salud, la organización internacional recuerda que extenderá a todos los países campañas «para eliminar las enfermedades relacionados con el amianto» y, por otro lado, iniciará actuaciones «para inmunizar a los trabajadores de la salud contra la hepatitis B».

Entre las actuaciones concretas también precisa que «se han de mejorar la evaluación de los riesgos sanitarios en el lugar de trabajo, mediante la definición de intervenciones esenciales para prevenir y controlar los riesgos mecánicos, físicos, químicos, biológicos y sicosociales en el entorno laboral», a la vez que vigilar las nuevas tecnologías, que son las que están introduciendo más incertidumbre a la seguridad y salud en el trabajo, ya que los nuevos elementos de producción y sustancias, lo mismo que la nanotecnología «están introduciendo ciertos riesgos que no pueden ser dejados de un lado en este proceso de garantizar la salud laboral».

La salud ocupacional debe estar en la primera línea de la empresa

Un elemento esencial en la estrategia de la OMS en defensa de la salud de los trabajadores a nivel mundial se encuentra en el desarrollo y activación de los mecanismos de control de la salud ocupacional. Para esa organización, debe ocupar la primera línea en el centro de trabajo para conocer el estado de salud de los trabajadores, pero también para detectar y determinar que algunos procesos y productos son manifiestamente peligrosos para los trabajadores y que, o se ponen las medidas adecuadas de protección o se deben eliminar esos procesos. La OMS considera esencial que los servicios de salud ocupacional se intensifiquen y se desarrollen «para conseguir el desarrollo de los recursos humanos en pro de la salud de los trabajadores». para ello, exige formación postgrado, la creación de servicios básicos de salud ocupacional, el establecimiento de incentivos para «atraer y retener recursos humanos» que se ocupen de la salud de los trabajadores.

La organización internacional reconoce, por otro lado, que «se deben mejorar el funcionamiento de los sistemas de salud, definiendo normas en materia de organización y cobertura de los servicios de salud ocupacional».

Este elemento choca precisamente con los pasos que se están produciendo en Euskal Herria y el Estado español en el que se privatizan estos servicios de control de salud y se empeora el servicio que, en teoría, debería de favorecer a los trabajadores para mantener la salud en condiciones dignas. La OMS, por último, reconoce que tienen que ser los empresarios los que se impliquen más.   J. BASTERRA

MÁs allÁ de la UE

En los listados de enfermedades profesionales aprobados en la UE y en el Estado español no aparecen los riesgos sicosociales, pero la OMS reclama prevenir y controlar esos riesgos negativos crecientes

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