GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

Nafarroa pasa página y quita del camino una excusa a Zapatero

Nafarroa e Iruñea pasan la página del tándem UPN-CDN. Por un solo escaño parlamentario y una sola acta de concejal, ni Miguel Sanz ni Yolanda Barcina disfrutan ya de mayoría absoluta. A partir de ahí, todo son incógnitas a resolver. La primera, saber si Fernando Puras tomará una presidencia que Nafarroa Bai e IUN no dudarán en ofrecerle hoy mismo, en una fórmula a la que quizás trate de arrimarse también CDN. La segunda, saber si a partir de ahí, con unos números bastante pobres en la mano, Zapatero se animará a dar un giro a su estrategia en Nafarroa.La gran contradicción es que pese a sus mediocres resultados ahora el PSN tiene todas las llaves: puede dar el gobierno a UPN o puede gobernar; y si gobierna, puede abrir el proceso a partir del herrialde o apuntalar el estatus actual

Ramón SOLA

Hace seis meses casi nadie conocía en Nafarroa a Fernando Puras. Desde la noche de ayer, sin embargo, sobre su figura política pivota todo el futuro: a corto plazo, el de la gobernabilidad del herrialde; y más allá, siempre que se animara -o le animaran- a tomar la Presidencia del Gobierno navarro, el de las opciones de allanar camino a un proceso de resolución del conflicto desde una institución absolutamente clave para ello.

Tiempo habrá a partir de hoy de desentrañar esta encrucijada. Por encima de ello, el titular auténtico de la noche de ayer era que el pacto UPN-CDN ha dejado de tener mayoría en las dos primeras instituciones del herrialde. Miguel Sanz y Yolanda Barcina entonaron anoche su canto del cisne salvo que encuentren en el PSN un soporte en el que no parecen confiar. Y ésa es, sin duda, una noticia que será recibida con alborozo por la mayor parte de la sociedad navarra que ha sentido la forma de gobernar de la derecha como un auténtico castigo.

No por esperada y pronosticada por los sondeos la noticia deja de tener gran dimensión política. Y es que UPN no ha logrado su objetivo pese a poner sobre la mesa todo lo que tenía: ahí queda la movilización del 17 de marzo -con miles y miles de derechistas españoles al rescate-, ahí queda la ilegalización de la izquierda abertzale en el Parlamento -que esta vez no le ha servido para ganar la mayoría-, ahí queda el pequeño éxito de haber superado el 42% de la cota de voto en el conjunto del herrialde, y ahí queda también el modo en que ha terminado por recolectar casi todos los votos que hace doce años se marcharon en la escisión de CDN. Todo ha sido en vano. No deja de ser curioso que UPN haya perdido ganando y que el PSN pueda ganar perdiendo.

Habrá que ver cómo se recoloca UPN, poco acostumbrado a perder. Anoche mismo, desde sus máximos estrategas, como Jaime Ignacio del Burgo, comenzaron a llover los emplazamientos sobre el PSN para que sea coherente con su historia de pactos con la derecha. Miguel Sanz ya hace meses que apuntó la posibilidad de ceder la Presidencia a Puras en bandeja para evitar lo que entiende como males mayores. A eso le respondió José Blanco, número dos del PSOE, que tendría que «hacer mucha penitencia» después de la que organizó el 17 de marzo en las calles de Iruñea. Y por si los emplazamientos por las buenas fallan, tampoco es descartable que UPN-PP recurra a alguna jugada más sucia.

Nafarroa Bai ha cumplido las expectativas que auguraban que la suma de estas cuatro formaciones iba a dar réditos extras y que la ilegalización de la lista de ANV le iba a suponer también el trasvase de varios miles de votos que presumiblemente han terminado por ser decisivos para dejar al tándem Sanz-Alli sin mayoría absoluta. La candidatura de Patxi Zabaleta obtiene 20.000 votos más de los logrados por Aralar, EA, PNV y Batzarre, cada uno por su lado, hace cuatro años. Y supera al PSN en número de votos, aunque igualen en escaños. Cabe aventurar que habrá recibido trasvases de voto desde IUN, que se negó a entrar en la fórmula pero está muy cerca de sus planteamientos sobre todo después de que NaBai se haya volcado en reivindicar un gobierno únicamente de progreso aparcando los ingredientes abertzales. E incluso es bastante posible que haya recibido votos de los sectores del PSN a los que la indefinición de Puras no terminaba de convencer y que puestos a apostar por el cambio hayan preferido optar por NaBai.

Patxi Zabaleta aseguró entre semana que ayer mismo llamaría a Fernando Puras para ofrecerle el gobierno. No parece que Nafarroa Bai vaya a acudir al PSN con una lista cargada de demandas, sino más bien al contrario. Después de colocar en Madrid a una diputada, Uxue Barkos, en sus segundas elecciones la coalición puede «vender» un logro sustancialmente mayor: haber sacado a Miguel Sanz del Gobierno, aunque no se puede obviar que eso, como se ha dicho, haya sido un triunfo colectivo y compartido por distintos sectores.

De hecho, para que la alternativa cuaje harán falta también los votos, seguros, de IUN. Y habrá que ver si el instinto de supervivencia no hará que CDN se arrime también a esta fórmula, como hizo ya en 1996.

Tras dos décadas largas limitándose a ser gregario de UPN, vegetar en la oposición y recuperarse de sus escándalos internos de corrupción, el PSN difícilmente podía soñar con tanto poder. El resultado le sitúa más cerca del Gobierno, especialmente por no haber perdido excesivo terreno respecto a Nafarroa Bai. Puras había afirmado que no aspiraría a la Presidencia si se quedaba en diez escaños. Tiene doce, que no son muchos más pero le facultan para decir sí a la oferta. Quizás el PSN no lo vea muy claro, pero nadie duda de que Zapatero no dejará pasar la ocasión de ganar una comunidad autónoma para su cuenta de resultados a nivel estatal en estas «primarias».

El PSN, sin embargo, continúa siendo una total incógnita que no despeja su resultado. Apenas tiene unos miles de votos más que hace cuatro años, los derivados lógicamente del «tirón» que supone haber pasado a tener el Gobierno a nivel estatal. Pero sólo ha avanzado un parlamentario respecto a hace cuatro años, y pasa a ser tercera fuerza en Nafarroa. Pero sobre todo es una incógnita saber si Zapatero quiere este gobierno para algo más que para hacer gestión.

Puras ha jurado fidelidad al marco actual en la precampaña y la campaña, y ha abogado por «aparcar la cuestión identitaria». Pero Nafarroa sigue siendo la clave de las opciones de avanzar, igual ayer que hoy y que mañana, y el PSN tendrá que lidiar en este terreno. Los votos obtenidos por ANV, resistiendo a la ilegalización y a la oferta de Nafarroa Bai en el ámbito foral y sumando prácticamente 30.000 en las municipales (como en sus mejores tiempos), son otro exponente de ello, al que el PSOE se supone que habrá atendido.

Así las cosas, no cabe esperar ningún cambio sustancial a corto plazo, y menos desde una institución en la que la ausencia de la izquierda abertzale contribuye a los intereses de quienes quieren dejar fuera de la agenda esta cuestión. Pero para Zapatero sacar a la derecha del Gobierno navarro supondrá al menos tener en el camino un obstáculo menos... o una excusa menos.

Sanz se resigna y trata de sostener al menos a Barcina

El tono de resignación impregnó la comparecencia de Miguel Sanz, al filo de la medianoche, en un hotel de Iruñea donde UPN pasó su peor noche desde hace mucho tiempo. El número dos del partido, Alberto Catalán, se encargó de entonar el clásico «hemos ganado» que no convenció a nadie. Luego Sanz, con más sinceridad aunque sin un ápice de autocrítica, argumentó que «así es la democracia. Hemos obtenido más porcentaje de voto que en el 2003, pero puede que perdamos el Gobierno». «No son los resultados que nos hubiera gustado tener; prefería tener un punto menos y los mismos parlamentarios que hace cuatro años, pero...», lamentó.

A UPN no le queda más opción ahora que acudir al PSN a pedir su apoyo; aunque es cierto que Miguel Sanz ya le ofreció pactos -lo hizo incluso dos días después de la manifestación de la derecha españolista de marzo contra la política de Zapatero-, su partido tendría que cambiar radicalmente el discurso sobre eventuales «traiciones» del PSOE a Nafarroa, que ha hecho mucho daño en este partido. Así, fue significativo el cambio de tono emprendido ya por Jaime Ignacio del Burgo, que destaca ahora que «hay que decir que la mayoría de la sociedad navarra [también por el PSN] ha apostado por opciones que quieren que Navarra siga siendo Navarra».

En su discurso, en cualquier caso, Miguel Sanz pareció dar por perdida la Presidencia y centró sus fuerzas en tratar de presionar al PSN para que no desbanque también a Yolanda Barcina de la Alcaldía de Iruñea. Para ello utilizó declaraciones reiteradas de Fernando Puras, que ha asegurado que no contaría con los votos de ANV para alcanzar la vara de mando. Tanto Sanz como Barcina y Del Burgo se lo recordaron anoche. La izquierda abertzale, con sus dos electos, queda en esta institución como fuerza desequilibrante para echar a Barcina. Pero en esta carrera por el relevo, Uxue Barkos (Nafarroa Bai) parte con clara ventaja respecto a Javier Torrens (PSN), al que dobla en escaños. Y el cambio de cromos parece claro: si NaBai deja vía libre a Puras hacia el Gobierno, el PSN debería hacer lo mismo con Barkos en Iruñea. Por si acaso, ésta no quiso postularse para el cargo anoche, a la espera de lo que deparen las próximas jornadas.

La comparecencia más esperada era la de Puras, pero tampoco tras el paso por las urnas el PSN ha movido un ápice su indefinición. El candidato a la Presidencia se limitó a agradecer el apoyo dado por sus compañeros de partido ante los «embates» de los últimos meses, en referencia a los ataques constantes de UPN y PP. Y mencionó dos nombres: el de José Luis Rodríguez Zapatero y el de José Blanco.

Mientras, en la fiesta de Nafarroa Bai reinaba la euforia, y en la de ANV una satisfacción más medida. Patxi Zabaleta resaltó que «Nafarroa ha cambiado», prometió responsabilidad y aseguró que «vamos a ser la primera fuerza de Nafarroa». En Arrosadia, donde se reunió la izquierda abertzale, se destacó sobre todo el retorno al Ayuntamiento de Iruñea y el excelente resultado cosechado en muchos consistorios navarros.

La «boutade» corrió a cargo, como es habitual, de Sanz, que en su confusión mezcló política y fútbol: «Yo no creo en una Navarra que grita a su equipo cuando mete un gol a la Real Sociedad. Yo creo en una Navarra que gane». R.S.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo