Ya no hay príncipes azules
«Érase un vez, un cuento al revés»
M. I. | DONOSTIA
Desde que «Shrek» triunfara en la taquilla con su esquema de darle la vuelta a los cuentos infantiles, repetido en la tercera entrega de inminente estreno, han sido muchas las producciones de animación por ordenador que se han subido a ese carro. «Érase una vez un cuento al revés» sigue, por tanto, la estela dejada por otros largometrajes recientes como «La increíble pero cierta historia de Caperucita Roja». La fórmula pretende atrapar a la vez al público infantil y al adulto, a fin de que los padres que acompañan a sus hijos no se aburran más de la cuenta. El estilo de animación gusta a los más pequeños, mientras que los chistes y toques de humor intermitentes quedan reservados para los mayores.
«Érase una vez un cuento» no es una producción de un gran estudio, ya que para abaratar costes los animadores han trabajado en una compañía infográfica berlinesa. La factura técnica nunca será, en consecuencia, la que pueda lucir una película de la productora Pixar y de ahí que esa falta de acabado se compense por el lado de la comicidad. Las creaciones más conocidas de los hermanos Grimm son objeto de broma, aunque los responsables de la cinta defienden que sus cuentos podían ser así.
Título original: «Happily N'Ever After».
Dirección: Paul J. Bolger.
Guión: Robert Moreland.
Producción: John H. Williams.
Fotografía: David Dulac.
Música: Paul Buckley.
Montaje: Ringo Waldenburger.
Dirección artística: Deane Taylor.
País: EE.UU.-Alemania; 2006.
Duración: 87 minutos.
Género: Animación.