Sexo, fama e inmortalidad
«Taxidermia»
«Taxidermia» es una cinta que provoca odios y pasiones por igual, y que ha dado fama internacional al cineasta húngaro Gyorgy Pálfi, un creador visual que hace del mal gusto una seña de identidad a la moda.
M. INSAUSTI | DONOSTIA
El cineasta húngaro György Pálfi ya llamó la atención hace unos años en el Zinemaldia donostiarra con su ópera prima «Hukkle», por la que resultó premiado como mejor director revelación. Su definitiva consagración internacional se debe a la polémica desatada por «Taxidermia», que allá donde se pasa divide a los espectadores, como si se tratara de una versión europea del fenómeno «Borat». Hay a quien le resulta gratuitamente provocadora y vacía, aunque también están los que consideran esa misma estética desagradable y feísta como un elemento distintivo que satisface su voyeurismo. En lo que parecen coincidir los dos bandos enfrentados es en que no se puede buscar a la película una intención clara, en cuanto que pasa por ser un impactante espectáculo visual destinado a revolver los estómagos del público.
Junto con su esposa, la guionista Zsófia Ruttkay, Pálfi ha adaptado libremente la obra literaria de su compatriota Parti Nagy Lajos hasta completar una historia dividida en tres partes diferenciadas. A través de tres generaciones de una misma familia húngara, se repasa la historia del país desde la I Guerra Mundial a hoy, poniendo el acento crítico en la etapa comunista. El abuelo representa el deseo sexual, el padre la consecución de la fama y el hijo la búsqueda de la inmortalidad.
Dirección: György Pálfi.
Guión: György Pálfi y
Zsófia Ruttkay, sobre la novela de Lajos Parti Nagy.
Intérpretes: Csaba Czene, Gergo Trócsányi, Marc Bischoff, István Gyuricza.
País: Hungría, 2006.
Duración: 91 minutos.
Género: Fantástica.