Agua pasada no mueve molino
«Belle Toujours»
M. I. | DONOSTIA
Si las biografías sobre el cineasta portugués no mienten, el próximo año se cumplirá el centenario del nacimiento de Manoel de Oliveira, quien empezó trabajando como actor en el cine mudo y todavía sigue en activo, batiendo todos los récords de longevidad habidos y por conocer. Su filmografía resulta tan dilatada en el tiempo como densa, por lo que sus películas más recientes han puesto a prueba la capacidad de resistencia intelectual incluso de los cinéfilos de pro. Catherine Deneuve, a mi juicio con una fidelidad al maestro Buñuel que le honra, se negó a protagonizar este remake culto, pero remake al fin y al cabo, de una obra irrepetible en su profunda carga irónica como «Belle de jour». En la nueva relectura de la novela de Joseph Kessel aparece como sustituta Bulle Ogier, en una caracterización decadente de aquella burguesa sadomasoquista que con el paso de los años ha visto apagado su deseo sexual. «Belle Toujours» es una innecesaria y agónica prolongación centrada en el reencuentro que la Deneuve debería haber tenido con Piccoli, presentado en forma de teatralizada cena para dos.
Dirección: Manoel de Oliveira.
Guión: Manoel de Oliveira,
sobre la novela de
Joseph Kessel.
Producción: Miguel Cadilhe.
Fotografía: Sabine Lancelin.
Montaje: Valérie Loiseleux.
Intérpretes: Bulle Ogier, Michel
Piccoli, Ricardo Trepa, Leonor
Baldaque, Julia Buisel.
País: Portugal-Estado francés;
2006.
Duración: 70 minutos.
Género: Comedia dramática.