Se han visto muchas películas sobre recuerdos de juventud en barrios de Nueva York, aunque todas son distintas porque cada autor aporta su visión subjetiva de lo que es crecer en un rincón de la Gran Manzana. El debutante Dito Montiel narra una personal e intransferible historia de libre inspiración autobiográfica, donde no faltan anécdotas y personajes inventados. Primero publicó un libro de memorias originalmente titulado «A Guide to Recognizing Your Saints», para después elaborar un borrador argumental con vistas a la futura película, aprobado por el taller de guiones de Sundance. Ya en la edición de 2006 dicho festival concedería al producto resultante el Premio Especial del Jurado, además de cosechar unas muy favorables críticas.

Dito Montiel es hijo de padre nicaragüense y madre irlandesa, y creció en un barrio de Queens llamado Astoria, con mayoría de población italogriega. De adolescente vivió de lleno la explosión de la «movida» neoyorquina, militando en grupos mu- sicales de hardcore-punk, de los que el más famoso llego a ser Gutterboy, que fue telonero de los míticos Stray Cats. Su padre ya fue una figura del boxeo que llegó a pelear con Sugar Ray Robinson, y entre la vecindad y relaciones cercanas nunca faltaron celebridades del mundillo artístico, sobre todo de la factoría Warhol. Un entorno cultural del que proviene su creatividad multidisciplinar, con especial dedicación a la literatura y la poesía.

Para debutar como director de cine, Dito Montiel se ha apoyado en un reparto de gran profesionalidad, buscando el equilibrio entre veteranos consa- grados como Dianne Wiest o Chazz Palminteri y jóvenes talentos con la proyección de Shia LaBeouf o Channing Tatum. En medio se sitúa el temperamental Robert Downey Jr., quien ha impuesto su manera de entender al protagonista a base de aportarle un realismo que cuida hasta el acento de la zona de procedencia urbana. De esta forma, ya no se parece tanto a Dito Montiel y su visión imaginaria de sí mismo, cobrando una importante autonomía vital dentro de la pantalla. El Dito de la ficción regresa al barrio en una época reciente debido a la enfermedad de su padre, situación que le vuelve a poner en contacto con los viejos amigos de quince años atrás en plena década de los 80, mediante los flash-back de rigor.