Fuerzas de Seguridad leales al presidente de la Autoridad Palestina (ANP), Mahmud Abbas, han pedido permiso al Gobierno israelí para importar misiles antitanque, granadas y millones de balas para enfrentarse a Hamas, formación que arrasó en las últimas elecciones en los territorios ocupados.

La información fue interesadamente filtrada -y confirmada luego por el entorno de Abbas- por fuentes de seguridad israelíes, que aseguraron que la petición está siendo discutida con el coordinador de seguridad estadounidense en la región, teniente general Keith Dayton.

Estas fuentes precisaron que lo más probable es que sólo se aprueben vehículos blindados, que figuran en la lista de peticiones, y se escudaron para ello en el temor de que las armas cayeran en manos de Hamas o fueran eventualmente utilizadas contra Israel.

Israel ha dado permiso a las fuerzas leales a Abbas para la importación de armas en el pasado, la última vez en marzo.

Igualmente, ha permitido en más de una ocasión el paso por la frontera de Rafah (Egipto) de tropas de al-Fatah para reforzar la lucha contra Hamas.

La Franja de Gaza está sumida en un enfrentamiento fratricida desde que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) derrotara al partido de Abbas en las elecciones de enero de 2006.

Otro muerto

Un miembro de los servicios de seguridad leales a al-Fatah murió y 17 personas resultaron heridas ayer en enfrentamientos con partidarios de Hamas cerca de Rafah.

Estos enfrentamientos constituyen la más seria violación del acuerdo bilateral de alto el fuego concluido el 19 de mayo tras un nuevo estallido de la lucha fratricida que dejó un saldo de medio centenar de muertos.

Tras los enfrentamientos de ayer, ambas partes decidieron, tras la mediación del Gobierno egipcio y de la Yihad Islámica, retirar sus hombres de las calles y proceder a una investigación para identificar a los responsables y «pedirles cuentas».

Por su parte, el secretario general del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP), Nayef Hawatmeh, propuso una tabla de cuatro puntos para poner fin a las luchas y evitar la «somalización» de los territorios ocupados.

Propuso así la reanudación del diálogo, el fin de la política consistente en acaparar todo el poder por parte de Hamas y al-Fatah, la verificación por parte de Egipto y la creación de unas nuevas fuerzas de seguridad no implicadas en la lucha.