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La pandilla de Clooney revienta de nuevo la caja en Las Vegas

Después de desembarcar en el Festival de Cannes, la pandilla estelar que lidera Clooney, hecha a imagen y semejanza de la creada en su día por Frank Sinatra, regresa a las pantallas con la tercera entrega de sus aventuras. «Ocean's 13» se desarrolla nuevamente, tras el paréntesis viajero por el viejo continente, en la capital mundial del juego.

Mikel INSAUSTI | DONOSTI

He llegado a pensar, porque no se me ocurre otra utilidad para esta saga aparte de la puramente económica, que a Hollywood le viene muy bien para testar el poder de influencia mediática de sus estrellas. Siempre que se habla del star-system se piensa en el pasado, en los tiempos dorados del glamour, pero no cabe duda que cuando George Clooney copió al viejo capo Frank Sinatra la idea de reunir una pandilla estelar, lo que deseaba realmente era hacer una reedición del grupo de triunfadores situados por encima del bien y del mal, y a los que no les importa que les llamen rat pack.

El toque mafioso también cuenta, porque a la nueva banda le gusta el dinero tanto o más que a sus predecesores del clan Sinatra, así que el hacer un remake del clásico «La cuadrilla de los once» suponía la recuperación de Las Vegas como base de operaciones, con la imagen golfa y derrochadora que aporta la ciudad del juego. Lo que cuesta ya más explicar es cómo un remake puede dar lugar a una interminable serie, cuyo cierre definitivo no llegará hasta que deje de ser rentable en taquilla. La conclusión apunta a que la franquicia funciona tanto en cuanto el gran público sigue admirando a los ídolos actuales de la gran pantalla, y es que la mitomanía no ha desaparecido para regocijo de la industria del entretenimiento.

Pero no nos engañemos, George Clooney no es Frak Sinatra, porque los tiempos han cambiado. Para el imitador la gracia está en que todo parezca un juego, incluso cuando en la vida real adquiere casinos y hoteles en Las Vegas. Él y su amigo Steven Soderbergh, director con el que ya no comparte la productora que ambos fundaron, tienen una doble cara. Son de los que encienden una vela a Dios y otra al diablo, a la vista de que por un lado defienden la creación independiente y por otro, sobran pruebas de ello, apoyan y financian el cine más conservador. Son como los niños ricos que por el día salen a las calles a hacer pintadas de protesta con el spray y por la noche regresan a la confortable, segura e inmaculada casa de sus padres. Esa esquizofrenia les lleva a declaraciones estúpidas en las ruedas de prensa y Cannes no fue una excepción. Si haces una película que entretenga y de dinero, todo lo demás sobra.

A estas alturas supone una tomadura de pelo afirmar que «Ocean's 13» marca el cierre definitivo de una trilogía, para acto seguido dejar la puerta abierta a una cuarta entrega, siempre y cuando los chicos tengan ganas de volver a reunirse. Pero la verdad dentro de este negocio es muy diferente, puesto que el productor Jerry Weintraub solamente convoca al equipo artístico y técnico, camaraderías al margen, después de echar cuentas. La tercera parte se ha hecho sencillamente porque la segunda recuperó en Europa y el resto del mundo lo que había perdido en el mercado norteamericano, y aunque su recaudación fue inferior a la primera dio ganancias suficientes para seguir con la, a todas luces, rentable franquicia.

Cuantos participan en los rodajes bajo la supervisión de Weintraub manifiestan estar encantados y que se lo pasan en grande, sin dudar ni un solo instante a la hora de repetir la experiencia. Sin embargo, lo cierto es que la filmación de «Ocean's 13» tuvo que efectuarse en fases intermitentes durante casi un año y medio, debido a la dificultad que entraña hacer que las agendas de las diferentes estrellas coincidan. Por lo tanto y, a pesar de lo bien pagados que están, no dejan otros proyectos para embarcarse en su amada serie.

Nuevas incorporaciones

Esta vez los actores ni tan siquiera tuvieron que desplazarse a Las Vegas, ya que los escenarios reales fueron sustituidos por un gigantesco decorado construido por la Warner en uno de sus estudios de Burbank. Y para que nadie diga que no hay buen ambiente en el set, junto a la recreación del casino con sus mesas de juego, se instaló en la sala de conferencias contigua un club social, donde todos los miembros del equipo, sin excepción, podían relajarse y tomarse unas copas.

Para dar realce a «Ocean's 13» se ha contado, además de con el extenso reparto fijo al completo, con dos invitados de lujo. El capo mafioso de la función no es otro que Al Pacino, convertido para la ocasión en el enemigo de la pandilla de Danny Ocean. A su lado aparece Ellen Barkin, ejerciendo de mujer fatal y mano derecha del nuevo rey de Las Vegas.

El nombrecito del fulano lo dice todo, ya que se apellida Bank. Aspira a poseer los mayores casinos y hoteles de la capital del juego, a la vez que quiere que sean los mejores, para lo que ha de conseguir que les otorguen las máximas puntaciones en las guías influyentes. Un plan que los de la pandilla de Ocean intentarán desbaratar, mediante un plan que afecta a cada una de las parcelas de su imperio. El fin de Bank comienza a fraguarse cuando comete el craso error de quitar de en medio al personaje del veterano actor Elliott Gould, que es un poco el padrino y mentor de Ocean y los suyos.

Viéndolo postrado en el hospital en estado crítico, éstos jurarán venganza y acabar con el culpable. Hasta un antiguo rival de otras entregas, el encarnado por el cubano Andy García, se les unirá a causa de las molestias que le origina el hecho de que uno de los edificios construidos por el magnate le haga sombra a su piscina, con lo que la financiación de la operación queda asegurada y ya cada uno de los especialistas del grupo puede dedicarse a su misión concreta.

Ni que decir tiene que George Clooney y Brad Pitt se reservan nuevamente tareas organizativas y de relaciones públicas, mientras Matt Damon debe seducir a la chica del gángster o Don Cheadle y Bernie Mac trabajan literalmente como auténticos negros que son.

MITOMANÍA

La conclusión apunta a que la franquicia funciona porque el gran público sigue admirando a los ídolos actuales de la gran pantalla y es que la mitomanía no ha desaparecido, para regocijo de la industria del entretenimiento

REUNIÓN

Cuantos participan en los rodajes bajo la supervisión de Weintraub manifiestan que se lo pasan en grande y no dudan en repetir la experiencia. Sin embargo, por muy bien pagados que estén, los protagonistas no han dejado otros proyectos para embarcarse en su amada serie

Estreno

Dirección: Steven Soderbergh.

Guión: Brian Koppelman y David Levien, según los personajes creados por G. Clayton Johnson y Jack Golden Russell.

Producción: Jerry Weintraub.

Intérpretes: George Clooney, Brad Pitt, Matt Damon, Andy García, Al Pacino, Ellen Barkin, Don Ceadle, Bernie Mac, Scott Caan, Casey Affleck, Elliott Gould, Carl Reiner.

País: EEUU, 2007.

Duración: 122 minutos.

Género: Comedia negra.

G. CLOONEY Y M. DAMON

cara a cara de los protagonistas

El «buen rollito» que se palpaba en el rodaje también se ha hecho extensible a partes «menos agradables», como las entrevistas. George Clooney y Matt Damon se enfrentaron cara a cara en esta, realizada en el pasado Festival de Cannes.

«Me ha tocado ver crecer a estos tíos en estos seis años y es como convertirse en padre»

¿Han cambiado muchas cosas desde que empezaron con la serie de filmes «Ocean» hace seis años?

George Clooney: Para mí la perspectiva es diferente a la del resto, porque me ha tocado ver crecer a todos estos tíos. Es como convertirse en padre y ver cómo se hacen mayores tus hijos. Resulta divertido ver crecer a esta familia, es realmente emocionante.

¿Juegan realmente al póker?

G.C: Yo no soy un gran jugador, pero a estos tíos les encanta.

Matt Damon: Sí, a mí me gusta mucho.

G.C: Yo no soy bueno apostando. En Las Vegas suelo jugar de otras maneras, en otros juegos (risas). No es gran cosa para mí. Adoro los casinos, me encanta entrar en ellos y jugar un ratito. Pero me agobio enseguida.

Entonces, ¿qué hacen para divertirse estos días?

M.D.: Nuestro trabajo es nuestra diversión.

G.C: Acabo de terminar una película en Carolina del Norte, donde me he encargado del guión, de la dirección e incluso he actuado. Por lo que estoy realmente molido.

M.D.: Y yo estoy en mitad de un rodaje. Estoy intentando terminar una película. Afortunadamente he podido coger un respiro para estar aquí, en la presentación. Así que ahora me toca volver y finalizar la película.

¿Les resultó difícil volver a separarse cuando finalizaron el rodaje?

G.C.: Lo más divertido de una película es la expectación que sientes al comenzarla. Te sientes ansioso. Realmente disfrutas mucho mientras la haces y también te alegras mucho cuando acabas, porque necesitas moverte, cambiar. Por lo tanto, no fue duro separarnos, pero este es un grupo genial y, en cierto modo, lo sentimos.

M.D.: Sí, así es.

G.C.: En cierta manera, cuando la estábamos rodando ya sabíamos que ocurriría.

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