La Comisión de Fiestas de Arrosadia hizo ayer una valoración de las fiestas de este barrio iruindarra celebradas el fin de semana pasado. Las valoran positivamente en cuanto a la organización y la alta participación, pero lamentan que la carga policial ocurrida el domingo por la mañana empañe las fiestas.

Los hechos denunciados tuvieron lugar cerca del recinto festivo, estando éste vacío. Según explicó uno de los heridos, «unas treinta personas nos encontrábamos tranquilamente sentadas cuando agentes municipales y dos `furgonas' de los forales aparecieron en el lugar. Se dirigieron a las txosnas y empezaron a quitar carteles. Nosotros les cuestionamos su actuación, pero casi no nos dieron tiempo ni a preguntar: Empezaron a cargar a porrazos y a lanzar pelotazos. Entre nosotros no hubo ningún tipo de ataque contra ellos, tal y como se ha dicho, y mucho menos se lanzó ningún objeto. Es más, si se estuviera produciendo un ataque mutuo, habríamos podido defendernos mejor, y es evidente que no pudimos». Esta persona presenta, cinco días después de ser herida, tres marcas de pelotazos, recibidos por la espalda. Otro de los heridos cuenta que un pelotazo le dio en la pierna justo en el momento en que se giraba al verse entre dos agentes que portaban lanzapelotas, y como consecuencia presenta una hinchazón que le impide caminar con normalidad.

Unas diez personas fueron heridas el domingo. Todas ellas fueron atendidas en centros sanitarios, y han presentado denuncias contra los agentes. Destacaron que dos agentes municipales fueron, al parecer, los que estaban al mando de la operación del domingo, y que son conocidos por anteriores altercados por «su brutalidad». Aseguraron que son muchas las denuncias interpuestas contra esos dos agentes.

Desde la Comisión situaron la carga dentro de «la dinámica que está llevando el UPN durante los últimos meses en contra de actividades organizadas por el movimiento popular», y recordaron las sanciones impuestas a los Olentzeros o en la fiesta final de Korrika. En cuanto a las fiestas de Arrosadia, informaron de que «desde el primer día en que empezó el montaje del recinto festivo la presencia de los distintos cuerpos de la policía ha sido constante». Explicaron que «tomaban fotos y realizaban controles en los accesos al barrio» y denunciaron la provocación de los agentes municipales: «Gente que se retiraba a sus casas después de disfrutar de la fiesta fue objeto de palizas de los municipales». Denunciaron el «fuerte control policial ejercido por municipales, forales y la Policía española».

«Tanto la Comisión como todos los vecinos, bares y los comerciantes deseamos vivir las fiestas con tranquilidad y normalidad», declararon, y solicitaron al futuro Ayuntamiento que «tome las medidas necesarias que hagan posible ese deseo».