La influencia de lo que a principios del siglo XX se denominó «arte negro» en Picasso no fue directa, sino a través de otros artistas y de todo el arte de la Antigüedad, afirmó ayer Robert Lubar, profesor de Historia del Arte en el Instituto de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York.

En esa época se englobaban bajo el concepto de «arte negro» no sólo el africano o el oceánico, «sino una serie de épocas históricas, incluso el arte egipcio, el románico español y catalán, el arte ibérico o las esculturas pos-clásicas», explicó Lubar.

Durante una entrevista con un crítico francés en los años 20, el artista aseguró desconocer ese «arte negro» y negó su influencia, y «tenía toda la razón, porque su relación no era con el `arte negro', sino con toda la Historia del Arte de la Antigüedad. Picasso tenía fuentes muy híbridas y complejas de un pasado muy anterior y entendió el `arte negro' a través de Gauguin, a través del clasicismo más arcaico de Grecia, a través del románico catalán, sobre todo en su época de Gósol en 1906, y a través de una serie de mitos sobre la Antigüedad humana», dijo el experto. El artista reunió una colección muy importante de «arte primitivo» y siempre tuvo ídolos y fetiches.