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TENIS | Roland Garros

Ivanovic mete miedo después de apabullar a Sharapova

La serbia jugará la final ante Henin, que busca llevarse su tercer Roland Garros

GARA | PARÍS

El tenis serbio pisa fuerte y se lleva los obstáculos que se le ponen enfrente, por duros que éstos sean. Ana Ivanovic, la número siete del ranking de la WTA, jugará la final de Roland Garros tras apabullar a Maria Sharapova en semifinales por un sonrojante 6-2 y 6-1. En la final femenina se las verá ante Justin Henin, que evitó la final serbia y buscará llevarse su tercer Roland Garros al superar a Jelena Jankovic por 6-2 y 6-2.

Sharapova, a pesar de ser la segunda mejor tenista del momento, a pesar de que sus seguidores son legión, apasionados por su tenis y su presencia, no fue ni sombra de lo que es ante una Ivanovic que -¿será que ése apellido imprime carácter?- la desarboló por completo y no tuvo conmiseración de ella y que se anotó la primera semifinal en apenas una hora y cuarto de juego.

El choque se decidió desde el primer momento. Sharapova, víctima de sus numerosos errores, jamás pudo ante una Ivanovic que jugó su primera semifinal de un Grand Slam con el temple de una veterana. En apenas 32 minutos y sin ponerse nerviosa por el break de Sharapova en el séptimo juego, la joven serbia cerraba el primer set con 6-2.

Juego en blanco y «ace»

El público, que animaba a Sharapova para poder ver algo de emoción, se frotaba los ojos. Pero al dejar de frotárselos se encontró con que Ivanovic volviá a romper el saque a la siberiana.

Dos juegos más tarde, Sharapova desperdiciaba cinco pelotas para poner el 3-1 y, tras sumar su quinta doble falta, regalaba el 4-0. El partido estaba acabado, cerrado, con llave y candado.

Faltaba el colofón. Ivanovic ganaba por 5-1 y volaba a la final. No se relajó la serbia, no obstante, y ganó como una campeona: en blanco y con un ace para dar el partido por finiquitado. Le costará volver a jugar tan bien en la final y, sobre todo, le costará tener una rival que haga tantos errores como Maria Sharapova, que regaló medio partido con 31 errores no forzados.

La segunda semifinal también se ventiló en dos sets, pero fue más dura. No fue un partido muy bueno y sí, en cambio, de errores. Justin Henin se valió de su calidad para ganar más puntos y aprovechar las opciones que Jelena Jankovic le regalaba, pero no estuvo, ni por cerca, a su mejor nivel.

Sin embargo, la tenista valona tuvo suficiente con dejar en evidencia el flojo servicio de la serbia, ya que lograba poner con el resto los puntos a su favor.

Pese a que la balcánica se defendiera como gato panza arriba tal debilidad la dejaba en evidente inferioridad ante la bicampeona de Roland Garros y que sus servicios se eternizaran hasta que Henin lo rompiera más tarde o más temprano. Así, Henin se llevaba la primera manga por 6-2 tras 37 minutos de jugo.

En el segundo set, tras mucho pelear, Henin y Ivanovic se rompieron el saque repetidamente, pasando del 2-1 al 4-2 sin que lograran retener su servicio.

Sin embargo, la clase de Henin fue decisiva. Salvó una bola de break y se anotó el 5-2, con lo que le quedaba el camino expedito. Con todo a su favor, a Henin no le bastó sino esperar los errores de Jankovic para anotar se el set por 6-2 y jugar su tercera final consecutiva.

Davydenko y Djokovic buscan hacer lo increíble

Sería increíble que no se repitiera la final de 2006 entre Nadal y Federer, pero ése será el propósito de Nikolai Davydenko y Novak Djokovic en sus respectivas semifinales.

«Nadal es el mejor del mundo sobre tierra», dijo ayer el serbio sobre su rival en su primera semifinal de un Grand Slam. De todas formas, Djokovic ha vencido ya a Nadal una vez este año, en Miami.

Por otro lado, Federer y Davydenko se miden en una segunda semifinal que tiene un color bien definido. El suizo ha ganado ocho veces al ruso y ha dejado escapar sólo cuatro sets en esas contiendas.

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