El alemán Heinrich Haussler (Gerolsteiner) consiguió la victoria al esprint en la primera etapa de la Dauphiné-Liberé, de 219 kilómetros entre Grenoble y Roanne, y el británico Bradley Wiggins, ganador del prólogo, conservó el maillot amarillo.

Haussler, de 23 años, llegó de atrás para batir con claridad al belga Tom Boonen (Quick Step), que pretendía rematar el esfuerzo de su equipo en los últimos kilómetros, y al británico Graene Brown (Rabobank), que le escoltaron en el podio. El tiempo oficioso del vencedor fue de 5h35:05.

La etapa discurrió por cauces de normalidad, con una escapada de dos corredores desde el kilómetro veintiocho que murió a diez kilómetros de la meta.

Bajo la lluvia

Poco después de que el francés Sylvain Chavanel coronara en cabeza el col de Parmenie, en el kilómetro 28, sus compatriotas Nicolas Portal (Caisse d'Epargne) y Remy Pauriol (Credit Agricole) se marcharon por delante en el descenso de ese puerto y su ventaja fue creciendo hasta los nueve minutos -kilómetro 114- bajo la lluvia.

A partir del kilómetro 140, el Cofidis del líder Wiggins comenzó a trabajar en el pelotón para reducir distancias. Los fugados empezaron a experimentar fatiga en el ascenso al col de Pilón y su ventaja en la cima había bajado ya a los dos minutos en el kilómetro 178.

La escapada murió al cabo de 182 kilómetros, a 9 de la línea de meta, y el grupo, encabezado ya por el Quick Step del velocista Tom Boonen, se dispuso a disputar el esprint, en el que Haussler batió al favorito.

Al término de la etapa, el ganador señaló que el de ayer fue «mi mejor esprint. Ganar delante de Boonen es un éxito. Yo le considero el mejor esprinter del mundo junto a Petacchi, que es ligeramente superior en las grandes vueltas».