La tercera edición del Dima Rockmaster nos ha dejado un sabor agridulce. O mejor dicho, para que no haya una lectura confusa, las condiciones climatológicas del viernes y sábado pasados no nos han dejado disfrutar del todo del espectáculo de esta competición de escalada internacional que se disputa desde hace tres años en la localidad vizcaina de Dima. El tiempo de Euskal Herria quiso ser protagonista en esta última edición y, en gran medida, se salió con la suya. Lo aclaramos.

Diez o quince horas antes de la competición de roca a disputar en Baltzola, las condiciones de la cueva eran las propicias para cumplir con las previsiones que tenían los organizadores. La prueba de este año iba a ser a vista. Iñaki Marco equipa Standa (8b) para las seis chicas invitadas, y Mikel Maeso Piwi hace lo propio con Nuska (8c) para los chicos. Dos propuestas que fueron confirmadas en el grado por Josune Bereziartu, Rikar Otegi, Iker Pou y Dani Andrada. Todo estaba atado y con posibilidades de disfrutar de un episodio brillante. Pero amanece el viernes y, tal y como adelantaban las previsiones de la semana, el calor y la humedad quisieron jugar una mala pasada a la organización y participantes: las vías propuestas no estaban en condiciones; en absoluto. 35º de calor y 80% de humedad lo decían todo. Condensación y humedad a tope, y es que la cueva de Baltzola es un lugar propicio para que se dé esa circunstancia.

Había que buscar una solución o alternativa. Poco para elegir, nada más bien, pero había que hacer algo. Por no bajar el telón, los doce invitados a Dima le dan un tiento ya en plan exhibición a White zombie (8c). No era el día, no había condiciones; por lo tanto, lo mejor era desistir en el intento. Nada de clasificaciones, y la idea de escalar una vía a vista en la prueba en roca de Baltzola se atrasa para otro año.

Y hablando de exhibición, ya a la noche, en la misma plaza de Dima y sin el mosqueo del tiempo, Jonatan Larrañaga, Carlos García, Carlos Logroño y Simón Elías, los especialistas del mixto deportivo o dry tooling, demostraron sus habilidades con los piolets en mano en la estructura que los organizadores prepararon para la ocasión.

Mal comienzo para los intereses del Dima Rockmaster el viernes, y mal presagio también para las pruebas del sábado. Previsiones del tiempo: a partir del mediodía fuertes tormentas a lo largo y ancho de Euskal Herria. Y se cumplió: De nuevo hacia Dima con ganas de gozar con el desarrollo de las pruebas previstas del Open Popular y Open Internacional Dima Rockmaster, ya en Zornotza estalla la tormenta. Rayos, truenos y aguacero. Últimos kilómetros hacia Dima con la idea de la suspensión en la cabeza.

Populares bajo la lluvia

Pero esta vez, la sinfonía ofrecida por la naturaleza no quiso, como el viernes, jugar una mala pasada a la organización, y para la 18:00, hora de las finales del I Open Popular, la tormenta tomó otra dirección y llegó parcialmente la calma. Y decimos prácticamente, ya que chispeó durante casi toda la tarde. Aprovechando el descanso del tiempo, se disputaron las finales de esta competición de carácter popular.

Los primeros, escaladores que no tienen encadenado dificultades superiores al 8a+ trabajado y 7c a vista, tuvieron que trabajar, como en las clasificatorias de la mañana, al flash. La prueba fue muy disputada, y entre los cuatro primeros apenas hubo diferencias. Aritz Domínguez, a la postre el ganador, superaba a sus compañeros, sin fuerzas para seguir a la cadena, realizando un lanzamiento que le dio sorpresivamente la victoria. Sí, porque los tres últimos escaladores, más fuertes, en vez de lanzar, intentaron seguir para arriba, pero cayeron. Eso es lo que le pasó a Antton Zabala. Llegó al paso donde no pudo pasar Domínguez, y siguió hacia la derecha, a pillar la chorrera, pero ésta le escupió. Otro tanto le pasó a Gotzon Maiz y Oier Iribarren. Estos tres últimos quedaron empatados, ya que llegaron a la misma presa. Por puntos acumulados, finalmente Iribarren fue segundo, Maiz tercero y Zabala cuarto. En chicas sólo hubo una inscrita: Itziar Rodríguez.

Después llegó el turno de la categoría elite, es decir, escaladores con dificultades encadenadas superiores a las requeridas en la categoría popular. Entre los participantes, ninguna chica y veteranos escaladores a los que no veíamos competir hace tiempo: Mikel Maeso, Fernando Martínez... La cosa pintaba bien. Al igual que todas las pruebas del sábado, Ion Gurutz Lazkoz y los hermanos Gotzon y Ander Gardeazabal equiparon una vía exigente. Sin ningún lugar a dudas, la estrella de la cita fue Gorka Karapeto. Últimamente venía demostrado que se encontraba en un gran estado de forma. En roca se hacía con Borroka da bide bakarra (8c, Eulate) y en las pruebas estatales, a pesar de que todavía no ha logrado pasar a las finales, ha competido a gran nivel. Y bien que lo demostró. Desde los primeros metros de la vía, el satélite de Azpeitia iba del todo concentrado y escalando a muy buen ritmo. Llegaron las complicaciones y, con más pausas, siguió superándolas y a punto estuvo de encadenar la línea propuesta. Gran actuación de Karapeto, dejando al segundo clasificado, Martínez, a una importante distancia. Este último también demostró su buen hacer y su veteranía, pero justo pudo superar la travesía que llevaba al muro final. A Iñaki Marco le vimos muy motivado, con ganas, y ello le llevó a conseguir la tercera plaza.

Titanes de noche

Con la finalización de los populares, de nuevo llegó la visita de otra tormenta. Menos mal, era tiempo de bocadillo, de ese receso antes de la gran esperada prueba del Open Dima Rockmaster. La cita era a las 22:00. La lluvia cesó, y poco a poco la plaza donde estaba instalada la estructura empezó a llenarse. Media hora más tarde, estaba repleta. Los participantes, preparados. Doce invitados. En chicas: la eslovena, Lucija Franko, la austriaca, Angela Eiter, la belga Muriel Sarkany, la vasca Irati Anda, la eslovena Maja Vidmar y la estadounidense Emily Harrington. En chicos: el esloveno Klemen Becan, el vasco Patxi Usobiaga, el ucraniano Serik Kazbekov, el francés Alex Chabot, el checo Tomas Mrazek y el alemán Christian Bindhammer.

Las primeras en participar fueron las chicas. Propuesta de 8b para ellas, para una vía muy homogénea, sin ningún paso realmente duro y con la idea de que cayeran escalonadamente. Y sin ningún lugar a dudas, los equipadores acertaron. Sobresaliente trabajo que fue recompensado con la actuación de las escaladoras. Además, la guinda llegó con el único encadenamiento de toda la jornada, protagonizado por la gran favorita Eiter. Llegaba a Dima tras embolsarse su primer 8c (algunos hablan de 8c+) con Claudio Café (Arco). Lo de la austriaca es para dar de comer aparte. Lleva tres años con un insultante poderío en las pruebas internacionales; es la verdadera reina de la resina. Lo demostró de nuevo, como hace dos años. No es una opinión salida de tiesto, ni ninguna crónica amarillista de esas que inflan lo visto. No, la austriaca, nuevamente, nos dejó con la boca abierta. Escaló como sabe, dándolo todo, con una facilidad abrumadora. Todos lo veíamos venir: Eiter iba a encadenar la vía. Tuvo un titubeo, cierto problemilla, con dos romos justo unos metros antes de la cadena. Un pequeño susto que lo solventó mágicamente, siguió y top. El público no salía de su asombró y estalló en gritos y aplausos. Eiter se lo merecía. Ganó casi sin desmelenarse. Espectáculo completo.

Parecía que Vidmar iba a ser la única que pusiera en aprietos a la mejor competidora del mundo. Se preveía una superfinal entre ambas escaladoras, pero no fue así. Muy técnica y con mucha elegancia, la eslovena escalaba sobrada, pero quizás se confió en los últimos metros, cayó y fue segunda. La agradable sorpresa de la prueba la protagonizó Anda. Como venimos diciendo en estas páginas, la gasteiztarra está que se sale. Pero esta vez competía con grandes estrellas y sabía que tenía que apretar para conseguir un puesto en el podio. Estuvo sobresaliente, muy concentrada, escalando sin fallos; el nivel que está cogiendo es impresionante. Quedó tercera. Cuarta fue Harrington, quinta la veterana Sarkany y sexta Franko.

Turno para los chicos. Vía larga, con tramos duros a mitad de vía, en la travesía, y un final todavía más explosivo. 8b+ según los equipadores, y de nuevo gran trabajo de los Gardezabal y Lazkoz; ya están más que asentados en esta faceta de equipar vías de gran calidad. De nuevo se cumplieron las expectativas: duelo entre Mrazek y Usobiaga. ¿Quién iba a llegar a lo más alto? El eibarrés lo dejó claro: iba a ser él. No nos sorprendió en absoluto. Escaló de una forma magistral, muy libre de ataduras, sin presión, y eso que «jugaba» en casa. Fue resolviendo las secciones con buen ritmo y sin que tuviera que pensar mucho; excelente visualización del guipuzcoano. Llegó a los durísimos últimos metros y, a pesar de que la cuerda le tiraba (Mrazek también se quejó), llegó al penúltimo agarre, lanzó al último y cayó. Una pena, ya que iba a ser un broche especial para la actuación de Usobiaga.

El checo también hizo las delicias del público. Escaló como sabe, muy seguro y con mucho potencial. Pero cayó un poco más abajo que el escalador vasco y fue segundo. Un gran Chabot, con unas décimas de fiebre incluidas, daba todo lo que podía y se clasificaba en tercera posición. Elegante como siempre, tuvo más de un problemilla para superar algunos pasos. Así pues, se cumplía de nuevo el podio de hace dos años, pero con los puestos cambiados. La cuarta plaza fue para Bindhammer, la quinta para Kazbekov y la sexta para Becan.