Etxerat describe 15 meses de «crueldad» hacia los represaliados
La situación de los represaliados políticos vascos, en general, se tornó «más cruel» durante los 15 meses que duró el alto el fuego permanente de ETA. Ésa fue la valoración que realizó ayer Etxerat de lo acontecido durante ese tiempo. Su portavoz, Estanis Etxaburu, acusó a los «estados, sus gobiernos y sus colaboradores» de mentir y de utilizar a sus familiares presos como «mercancía de negociación». Un hecho que, a su juicio, «alimenta el conflicto político».
Beñat ZARRABEITIA |
El portavoz de Etxerat, Estanis Etxaburu, compareció ayer en Bilbo junto a una veintena de familiares de presos políticos vascos con la finalidad de «recordar la crueldad» que han tenido que padecer tanto los represaliados como sus allegados durante los últimos 15 meses, el periodo en el que ETA ha mantenido en vigor su alto el fuego permanente. «¿Qué tipo de esfuerzos ha realizado Rodríguez Zapatero durante estos quince meses?», se preguntó Etxaburu, para a renglón seguido poner sobre la mesa la sensación que embarga a su colectivo: «Se ha dedicado [el presidente español] a alimentar el conflicto».
La asociación de familiares hizo un exhaustivo análisis de la situación de los represaliados vascos desde marzo de 2006, con la clara conclusión de que la cosas no han mejorado, sino todo lo contrario, porque «ha ido a peor». Como ejemplo, hizo hincapié en que todo este tiempo ha servido para «negar el derecho a la salud» de los prisioneros. En ese sentido, subrayó que «estos quince meses han deparado más enfermedades y enfermos». Entre las dificultades sanitarias que padecen los presos vascos, tal y como señaló Etxerat, abundan «problemas en la piel, en los huesos, cardíacos, tumores, ataques epilépticos, depresiones o delirios».
A pesar de que se han presentado un total de quince recursos en demanda de la aplicación del artículo 92, la libertad condicional ha sido denegada en todos los casos. Una negativa que también se ha repetido respecto a las peticiones de repatriación de esos presos enfermos para que así, al menos, pudieran ser tratados en condiciones. Estos casos han derivado en situaciones de extrema gravedad como los dos intentos de suicidio protagonizados por sendos presos durante los últimos meses y los cinco casos de graves problemas de carácter sícológico.
«14 cadenas perpetuas»
Para Etxerat, José Luis Rodríguez Zapatero, con su política penitenciaria, «ha realizado una acumulación de trofeos que ha ostentado con chulería delante de la sociedad española».
Otro de los aspectos más destacados en el bagaje represivo de los últimos quince meses ha sido la aplicación de la «cadena perpetua» a catorce ciudadanos vascos que ya habían cumplido íntegramente sus respectivas condenas. El primer caso, según destacó Etxerat, fue el de José Ignacio Gaztañaga, a quien el Tribunal Supremo español alargó su pena de prisión el 29 de marzo de 2006; apenas una semana después de que ETA anunciara el inicio de su iniciativa.
Al alargamiento de condenas sumó la «invención de nuevos sumarios, el secuestro y las torturas sufridas por Iñaki de Juana en el hospital».
Exaburu también recordó que son un total de 136 los presos que ya han cumplido las tres cuartas partes de las penas que les fueron impuestas por tribunales españoles.
En el apartado más trágico, destacó las últimas muertes ocasionadas por la política penitenciaria, así como las de varios exiliados. De hecho, pocos días antes del anuncio de la organización armada fallecieron en prisión Igor Angulo y Roberto Saiz. «Y en los dos y tres años precedentes hemos visto muertes de presos, familiares y de personas que se encontraban huídas», añadió Etxaburu.
Sobre los exiliados, denunció que «se les vulnera el derecho a vivir libres en Euskal Herria y realizan huelgas de hambre para no ser expulsados al Estado español». Vascos que, a su parecer, «se ven obligados a ser personas sin identidad» y que, en no pocas ocasiones, «vuelven del exilio a morir aquí».
716 kilómetros de distancia
Respecto a la situación carcelaria, Etxerat incidió en que la distancia media a la que se encuentran los prisioneros es de 716 kilómetros de Euskal Herria. Un hecho que obliga a que los familiares den «veinte vueltas al mundo cada fin de semana». Además, agregó que «el 80% de los reclusos vascos se encuentra en primer grado, aislados, lo que supone estar en las condiciones de vida más duras. Y el aislamiento, con el paso del tiempo, tiene unas consecuencias muy duras».
En ese sentido, Etxaburu resaltó que la reciente «flexibilización» anunciada por la Dirección General de Instituciones Penitenciarias respecto a los presos que se encuentran en ese grado «no tiene nada que ver con nuestros familiares, que además tienen que sufrir palizas, registros y humillaciones».
Por todo ello, aseguró que el objetivo de la política penitenciaria es «destruir física y sicológicamente a nuestros familiares de la forma que sea; incluso, si hace falta, matándolos». Esa «política asesina» de los estados español y francés, según manifestó, cuenta con el impulso de los gobiernos de Madrid y París y «de sus colaboradores».
«Nos han mentido»
Etxerat admitió que «no esperábamos que los últimos 15 meses fueran así. Cuando la organización armada declaró el alto el fuego teníamos esperanzas, pero sabíamos que iban a jugar con nuestro familiares, buscando división entre ellos». Una circunstancia que, a juicio de la asociación de familiares, «no hace más que alimentar el conflicto» que sufre Euskal Herria.
El portavoz del colectivo rememoró que, durante todo este tiempo, se han dirigido a las diferentes formaciones políticas del país. Se detuvo especialmente en la visita realizada al Parlamento de Gasteiz y desveló que, en el transcurso de la reunión con el PSE, su portavoz parlamentario, José Antonio Pastor, «nos dijo que iba a haber movimientos de presos y les creímos». Unas palabras que englobó en «las miles de mentiras que nos han transmitido. Nos han mentido para ser todavía más crueles».
Como botón de muestra, señaló que a PSOE y PP «les hemos visto discutir en el Senado español a ver quién causa más bajas entre nuestros familiares». A pesar de ello, subrayó que «no vamos a perder la esperanza, a pesar de la criminalización, de las detenciones y de que usen como mercancía de negociación a nuestros familiares». En esa misma línea, concluyó que «vamos a seguir con la verdad por delante, siempre en busca de una solución política para acabar con lo que ha llevado a nuestros familiares a acabar en la cárcel o en el exilio».
Etxaburu dio lectura al relato de torturas que Sergio Lezkano dirigió a sus familiares, en la que incluyó una doble violación. En ese sentido, acusó a Imaz y Urkullu de haber hecho declaraciones «jugando con la tortura».
El Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK) está integrado en la actualidad por 600 personas, de las que sólo 19 se encuentran en cárceles de Euskal Herria. La política de dispersión aplicada a los prisioneros vascos, que primero activó el Estado español con colaboración del PNV y después también ha aplicado el francés, y que está a punto de cumplir veinte años desde que entró en funcionamiento, sigue estando a la orden del día para los encarcelados y sus allegados: únicamente en los últimos 15 meses, han sido 40 los alejamientos impulsados desde los gobiernos de Madrid y de París. Todo ello provoca que los presos se encuentren dispersados a día de hoy en un total de 82 prisiones y a una distancia media de 716 kilómetros de Euskal Herria. Cabe recordar que 12 de estos prisioneros se encuentran gravamente enfermos, con problemas de salud incurables, pese a lo cual no se les aplica el artículo 92.
Etxerat, tal como viene haciendo en los últimos años, denunció ayer que los familiares y amigos de los encarcelados, fin de semana sí y otro también, están obligados a desplazarse cientos de kilómetros para poder ver durante unos pocos minutos a sus seres queridos. Estanis Etxaburu lo describió ayer gráficamente: los allegados dan cada semana veinte vueltas a la Tierra para acudir a las prisiones y realizar las visitas.
Y es que la dispersión no sólo castiga al propio preso. La muestra más trágica de la expansión del sufrimiento que acarrea son los accidentes de tráfico durante esas largas idas y venidas. Sólo en los últimos quince meses han sido 24 los siniestros sufridos por los familiares, en los cuales se han visto afectadas 49 personas. Etxerat puso énfasis en que la política de alejamiento y aislamiento tiene «un elevado coste físico», pero también económico. Al margen del gasto que producen los propios desplazamientos, en caso de accidente los vehículos suelen acabar dañados y, en ocasiones, destrozados.
El lunes se llevaron a cabo movilizaciones por los derechos de los presos en varias localidades: Ataun (20), Astigarraga (18), Berango (29), Altza (25), Bermeo (20), Euba (9), Laudio (48), Loiola (21) y Otxarkoaga (24).