Es posible, no sería la primera vez, que San Mamés despida la temporada con silbidos. Pero lo que está claro es que esta última jornada comenzará con la familia rojiblanca más unida que nunca.

La situación, excepcional, lo requiere. Por primera vez en su historia, el Athletic llega al último partido de Liga con la espada del descenso pendiendo sobre su cabeza. El resto resulta menos novedoso: como siempre que ha hecho falta, la afición se volcará con los suyos. Y éstos, al margen del resultado final, responderán. Orgullo profesional, responsabilidad histórica y amor por los colores suponen un condicionante lo suficientemente poderoso como para descartar cualquier sospecha de flojera en un equipo que, además, ya ha demostrado otras veces su capacidad para exprimirse al máximo cuando la situación lo requiere.

La parte correspondiente a la afición quedó resuelta ayer, si no lo había hecho antes. Las entradas puestas a la venta se agotaron en un suspiro en las taquillas de San Mamés, que mañana, por si había alguna duda, estará lleno hasta la bandera.

No sólo San Mamés. Desde la Agrupación de Peñas del Athletic recordaban ayer que el partido ante el Levante es «una final tan importante o más que aquellas que antaño nos llevaban a tomar las calles de Madrid». Por eso, anima a los aficionados a «inundar desde la mañana los aledaños de San Mamés con el fin de prepararnos para el vital choque contra el Levante. Jugamos una final y, de alguna manera, se trata de reproducir desde horas antes el ambiente de una auténtica final». Además, citan a la afición para que a las tres y media acuda «a los alrededores del estadio para mostrar nuestro incondicional apoyo a los jugadores a su llegada a la Catedral».

«109 años de gloriosa historia nos contemplan -recordaban desde la Agrupación-, porque este equipo y esta afición somos de Primera, porque llevamos el sentimiento Athletic en las venas y en el corazón, entre todos, este partido lo vamos a ganar».

«Final»

Las inevitables referencias a la historia rojiblanca también llegan desde el propio equipo, que promete dejarse hasta la última gota de sudor en el intento, pero que también reconoce el importante papel que puede jugar mañana la afición.

Entre todos, «tenemos que hacer ver» al Levante que «la gloria histórica del club se escapa» si el Athletic no gana este encuentro, destacaba ayer Mané. «No espero otra cosa que el Levante venga a jugar al fútbol, pero debemos hacerle entender que nos estamos jugando muchísimo. No podemos especular, todo lo que vaya a ocurrir lo tenemos que provocar nosotros».

Lamentablemente, ese carácter de final con el que llega el choque puede traducirse en una dosis elevada de «estrés y ansiedad», pero Mané asegura que, por encima de todo, sus jugadores son «optimistas», pese a no haberse visto antes en otra similar, al igual que el propio técnico. «A veces tu ilusión es conseguir un título o que no te lo quiten, y en otras ocasiones el descenso, aunque no tenga la carga emocional y de gloria histórica que tiene este. Siempre es diferente, pero todo tiene un punto en común que es el terreno de juego».