La izquierda cuenta con un partido común para toda Alemania, el Die Linke
Ingo NIEBEL | COLONIA
Die Linke (La Izquierda) nació el sábado del congreso de fusión que celebraron en Berlín el oriental Die Linkspartei.PDS y el occidental WASG. La presidencia de Die Linke se la reparten Lothar Bisky, procedente del Este alemán, y Oskar Lafontaine, natural del Oeste. Casi 17 años después de la unificación de las dos repúblicas alemanas, la izquierda ha conseguido crear por fin un partido común.
«Organizamos aquí la única verdadera unificación», comentó el jefe del grupo parlamentario de Die Linke en el Parlamento Federal, Gregor Gysi, en alusión a los demás partidos alemanes. Éstos se fusionaron también con sus homólogos de la Alemania oriental, pero se trató más bien de adhesiones sumisas en las que dominaba siempre la parte occidental.
En Die Linke la situación es la contraria, ya que domina la corriente del Linkspartei.PDS, que tiene sus raíces en el desaparecido Partido Socialista Unificado de Alemania (SED), que gobernó la República Democrática Alemana (RDA) durante 40 años. El WASG nació a principios de 2005 de la mano de sindicalistas y socialdemócratas descontentos con la política neoliberal del entonces canciller socialdemócrata Gerhard Schröder. En las elecciones anticipadas de ese año ambos partidos se presentaron con listas comunes y obtuvieron el 8% de los votos. Con este éxito se inició el proceso de fusión entre ambas organizaciones, siendo el carácter trostkista del WASG el mayor obstáculo.
El enemigo principal de Die Linke va a ser el SPD. Lafontaine, ex presidente socialdemócrata, utilizó su elección para arremeter contra su antiguo partido. Exigió la retirada de las tropas alemanas de Afganistán, porque su presencia vulnera el Derecho Internacional. En política interior defiende «la reconstrucción del Estado social», víctima de la política neoliberal. Además, demanda, en materia ecológica, la descentralización de los grandes trust energéticos, con lo que Die Linke se mete en el campo electoral de los Verdes.
Según una reciente encuesta del instituto Forsa, el nuevo partido podría obtener hasta el 24% de los votos en el ámbito nacional e, incluso, llegar al 44% en la ex RDA. Según esta fuente, el 43% de los votantes de los Verdes y el 23% de los socialdemócratas podrían plantearse votar a Die Linke. Pero la gran mayoría de los encuestados, el 74%, no lo ve apto para gobernar en coalición el país. Estos datos surgen en un momento en el que el SPD ha vuelto a bajar por debajo del 30%, mientras que la derecha CDU roza el 38%.
La mayoría de los alemanes no quiere que en 2009 se repita la gran coalición de la canciller Angela Merkel, formada por la CDU y el SPD.