REAL Los blanquiazules no pudieron cumplir su parte
El fútbol vasco de Primera pierde a la Real para la próxima temporada
El club queda en una situación muy preocupante con un futuro incierto lleno de incógnitas y con la necesidad de acertar en los análisis previos a la toma de decisiones en la Junta del día 30.
VALENCIA C.F. 3
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
Lo peor que debería pasarle a un club que lleva cuarenta años en Primera es bajar a Segunda por las consecuencias deportivas y económicas que eso motiva y, sin embargo, lo más preocupante del descenso consumado es que ayer acabó la agonía del equipo, pero no la del club.
Hace 45 años la Real bajó a Segunda, se produjo una desbandada de socios, el club quedó económicamente en una situación muy crítica, pero acertó en la reflexión, sacó unas conclusiones adecuadas y, aunque costó cinco años recuperar la categoría, la Real se hizo fuerte tras el descenso desde la unión alrededor de una Junta Directiva liderada por Antxon Vega de Seoane y desde una filosofía clara y compartida por todos.
Todos sacaron la conclusión de que la llegada de tantos jugadores extranjeros en aquella temporada había perjudicado al club en el aspecto deportivo y económico y a partir de ese momento la Real jugó sólo con jugadores de la cantera. Tampoco tenía otra elección. Por filosofía y economía sólo podía competir con los jugadores de la casa y las limitaciones se convirtieron en la gran fortaleza que le ha dado tantos éxitos y estabilidad durante cuatro brillantes décadas.
Hoy, 45 años después, la Real necesita una profunda reflexión. La debía haber empezado desde febrero, cuando sus números conducían a Segunda salvo un milagro que no se consumó en un partido del que no cabe la pena perder un segundo en analizarlo porque no se bajó en Mestalla. Ni una victoria habría permitido la permanencia.
Lo peor del descenso es que la reflexión de los que tienen mayor responsabilidad en la delicadísima situación actual no será la acertada. Desde el viernes estaba convocada una rueda de prensa para hoy del Consejo, pero si los dirigentes no han acertado en casi ninguna de sus decisiones no se puede esperar que lo hagan en los análisis. Ya el portavoz Luis Ansoalde venía a avanzar en una entrevista radiofónica al día siguiente de convocar la Junta para el día 30 que no han sido capaces de darle la vuelta a una dinámica negativa porque se habían limitado a poner parches y no a tomar medidas profundas y estructurales. Daba a entender que preparan otra revolución.
Ya ha habido una revolución
El problema ha estado en que ya ha habido una revolución y, por desgracia, sí le han dado la vuelta a la situación deportiva en la que entraron en un club que intentaba recuperar su Norte. Se encontraron un equipo con un buen número de jóvenes de la cantera que permitieron reducir el desfase entre gastos e ingresos y mantenerse a falta de cinco jornadas del final.
Pero era un fracaso porque la Real no podía luchar por la permanencia. Este Consejo se cargó al director deportivo que ha subido con el Almería este año, al entrenador que mantuvo a la Real casi siempre lejos de puestos de descenso a pesar de encontrar más problemas que nadie y, lo peor, se ha cargado al equipo. Sólo tres titulares ayer llevan más de dos años en él. De todos los jóvenes que fueron básicos aquel año, sólo jugó ayer de inicio Riesgo porque la Real no pudo evitar la marcha de Bravo y fue el mejor del partido y demostró que hasta el mejor fichaje de este Consejo ha sido un error porque es un puesto bien cubierto. Y ahora no será fácil venderlo por mucho más de los 800.000 euros que costó.
Además no les valía Gabilondo, titular en un equipo que ha estado casi toda la temporada en Primera y que lo estará la próxima tras el gol que marcó ayer y el no menos importante que logró ante el Valencia. Tampoco valía un Gorka Larrea que ha sido importante en el ascenso del Almería, ni Alberto ni Llorente, al que no se quiso repescar por 450.000 euros cuando fue el hombre clave junto a Silva en la temporada brillante del Eibar, y que se han convertido en los jugadores claves en el ascenso del Valladolid. Nunca jugadores de casa que no interesaban a la Real triunfaban en otros equipos hasta que este Consejo ha conseguido en dos años darle la vuelta a la situación.
Había que cambiar para lograr la estabilidad, decía Fuentes ahora hace un año. Pues los demasiados cambios registrados en dos años han llevado a la Real a la Segunda y además la situación económica en la que queda el club con el descenso es mucho peor que la famosa herencia que se encontraron.
El problema de este club ha sido no valorar lo que supone estar en Primera con estabilidad y querer vivir por encima de sus posibilidades, con lo que se ha convertido en un juguete de políticos y financieros que debían limitarse a solucionar los problemas de este país y tratar a la Real como a cualquier empresa de Gipuzkoa a la hora de cobrar sus impuestos y sus intereses.
Elegir ha sido la ruina
Ellos han dado la posibilidad a la Real de poder elegir, de jugar a club grande y de gastar el dinero que no tiene. Mientras ha sido un club independiente hasta la época de Luis Uranga, que se limitaba a gastar lo que ingresaba, todo marchaba bien aunque el grupo de comunicación que tiene más responsabilidad en la marcha a la deriva de la nave blanquiazul hacía de un décimo puesto un fracaso y de un decimotercero una tragedia.
Pero la mayor tragedia de la Real es haber renunciado a lo que ha funcionado durante cuarenta años. Nadie sabe si con un equipo de cantera con cinco extranjeros se habría bajado, pero sí que por otro camino se ha bajado y se ha dejado al club en una grave crisis deportiva, social, económica e institucional.
Desde que políticos, financieros y comunicadores han influido en la Real e impulsado sus aires de grandeza y las candida- turas de Astiazaran y de Denon Erreala, esta entidad ha empezado a salirse del camino acertado tomado hace 45 años. Y lo peor es que los mayores responsables de la situación actual de la Real, con nombres y apellidos desconocidos para los aficionados de este club, buscan culpables en otros y siguen decidiendo en lugar de mirarse al espejo. Y como ellos no van a hacer la reflexión adecuada y en los últimos meses no se han dado los movimientos que lograran la unidad que no han buscado ni las raíces que ellos han cortado, el futuro de la Real parece muy negro.
María de la Peña no quiso adelantar ayer detalles de la rueda de prensa que ofrecerá esta tarde su Consejo en Anoeta, pero en sus declaraciones quedó claro que siguen en su intención de presentar un proyecto a los accionistas en la Junta del día 30: «Ahora son horas de tristeza y lloro, pero a partir de mañana se sigue trabajando para presentar un proyecto».
Añadió que «estamos con la tristeza y el dolor de toda la afición. Ha sido un día muy duro para todos los que estamos en la familia de la Real y estamos con todos y quiero enviar un mensaje a esta afición que se ha comportado de diez, es una afición fantástica que ha estado hasta el último momento con el equipo».
Miguel Angel Lotina desveló tras el partido sobre su futuro que «el Consejo me ha pedido una reunión, yo quiero escucharles y ahí tomaré una decisión, pero más que el futuro de Lotina, el de la Real debe empezar por una reflexión. El trabajo hay que hacerlo ya, el verano es desde hoy el trabajo más importante y seguro que se hace con o sin Lotina».
Reconoció que el descenso es algo muy importante y más en un equipo con la historia de la Real. Es un golpe muy fuerte para todos, no sólo para nosotros, para toda Gipuzkoa. Lo sentimos por nuestra afición. Lo hemos dado todo, se nos puede reprochar que faltan cosas, pero en actitud, perseverancia y trabajo hemos sido un ejemplo y en eso no nos podemos reprochar nada. En el vestuario la gente ha llorado, no sólo los jugadores, todos los demás, gente que lleva mucho tiempo en el club».
Miguel Fuentes y José Luis Orbegozo fueron los dos ex presidentes realistas que estuvieron ayer en el palco de Mestalla para ver en directo el partido que ponía fin a 40 años seguidos en Primera.
Los entrenados por Alfredo del Castillo empataron a uno en la vuelta de las semifinales de Copa sin poder remontar el 3-1 de la ida. Orbegozo hizo creer en la remontada al marcar el 1-0, pero antes del descanso empató el Albacete.