Tus reflexiones sobre la religión me parecen acertadas, pero permíteme una crítica personal constructiva. Tu ateísmo militante es, por ahora, inconsecuente. Dices que por pereza dejaste de intentar la apostasía, debido a las múltiples trabas que el Obispado de Bilbao te ponía.

Mi experiencia es la siguiente: envié una carta al Obispado, pero no me contestaron. Seis meses más tarde les comuniqué que, debido a su silencio, yo mismo me daba por apóstata. Entonces sí me contestaron, diciendo que mi primera carta no había sido dirigida al sitio adecuado y que, en todo caso, los trámites a seguir eran los siguientes: conseguir un certificado de bautismo en la parroquia donde había sido bautizado; pedir cita al Obispado de Bilbao con la notaria, y acudir a la cita con el DNI español, dos testigos y la carta de renuncia a la fe católica. Así lo hice, y media hora más tarde salí con un certificado de apostasía por «increencia». No dí ninguna explicación.

Te animo a que lo intentes de nuevo. Supone, te lo aseguro, un gran alivio mental.