«El puesto de trabajo no se vende, se tiene que defender»
La desaparición de la planta Schneider Electric de Burlata es inminente. Tiene más de 30 años de historia, primero como Telemecánica y desde 1997 como parte de Schneider Electric. La multinacional decidió cesar la actividad para 2008. Mari Carmen Tirapu, delegada de LAB, denuncia que la empresa da beneficios y lamenta perder puestos de trabajo que «deberíamos defender para los jóvenes».
Rebeka CALVO |
«Para junio de 2008 la empresa tendrá a todo el personal liquidado», afirma con tristeza Mari Carmen Tirapu. La representante sindical, sin embargo, ha tenido «suerte», ya que se prejubila en setiembre y forma parte «del colectivo más favorecido por la regulación». Denuncia que el acuerdo firmado por los sindicatos UGT, ELA y la dirección permite a la multinacional «utilizar el expediente de extinción de contratos a su antojo» , por lo que le exige que aclare qué es lo que va a hacer con los terrenos.
LAB acaba de denunciar irregularidades en el proceso de liquidación de la planta de Burlata. ¿A qué irregularidades se refiere exactamente?
Hemos denunciado que la dirección hace una utilización abusiva de los expedientes de extinción de contratos y que está sustituyendo el personal fijo por eventual. Y hemos denunciado también que todo esto no es más que la consecuencia del acuerdo que firmaron en febrero de 2006 la empresa, y los sindicatos UGT y ELA. La empresa ha utilizado el acuerdo como le ha parecido. También hay que resaltar que las personas que fueron trasladas a la planta de Gares,fueron elegidas, muchas otras que estuvieron de acuerdo en irse no pudieron hacerlo. Tampoco la dirección siguió un criterio a la hora de sacar a unas personas de una cadena concreta, ya que éstas eran sustituidas por otras compañeras.
En el caso de los trasladados a la planta de Gares han criticado que ni las condiciones económicas ni las laborales son las mismas.
Hubo unas cincuenta personas que se fueron a Gares, pero allí las condiciones son totalmente distintas. Los sueldos son de media un 20% más bajos, por lo que les dieron una compensación, pero con un período de adaptación de un año como mínimo. En el caso de que se quisieran ir antes, les restaban de la compensación lo correspondiente. De hecho cinco de las 34 personas que cumplieron el año en diciembre ya se han ido. Trabajan a tres turnos, tienen que desplazarse todos los días hasta Gares...
Critica, por tanto, el punto de partida: el acuerdo firmado por los sindicatos UGT y ELA en febrero de 2006.
Nosotros no entramos en la negociación, nuestro punto de partida era la defensa de los puestos de trabajo. El puesto de trabajo no se vende, se tiene que defender. Tenemos que defender cada puesto de trabajo para que los jóvenes puedan acceder a ellos. Para LAB el aceptar los planes de desmantelamiento de la empresa suponía el suicidio de la planta, por eso no accedimos a negociar nada. No podemos dejar a las multinacionales el camino libre para campar a sus anchas.
En mayo, además, la empresa les presentó un nuevo expediente de regulación de empleo, ¿qué medidas contemplaba?
Este expediente recogía la pérdida de 26 puestos de trabajo, de los cuales 12 salieron este pasado viernes. En el caso de otras siete personas que tenían prevista su jubilación en 2008, como puede adelantarse la fecha prevista para el cierre, lo que recoge este nuevo acuerdo, firmado en solitario por UGT, es que quienes se jubilen en 2007 no accedan a las condiciones de 2008.
¿Por qué se temen una posible especulación con los terrenos de la planta en Burlata?
Aunque en un principio nos dijeron que la producción se iría a lugares donde la mano de obra es más barata, como Chequia o Brasil, por ejemplo, la realidad es que mucho trabajo se ha ido a Francia. Yo creo que en Francia sí que ha habido una defensa de los puestos de trabajo mucho más dura, mientras aquí nos hemos sentado a negociar la destrucción de los puestos de trabajo. En su día el Ayuntamiento de Burlata cedió a precio simbólico el terreno y ahora no le puede exigir nada. Ese suelo ya es propiedad de Schneider, pagase lo que pagase, y puede hacer con él lo que más le convenga. La empresa no ha dicho qué es lo que va a hacer con los terrenos, pero especular es una de las posibilidades. La planta presentaba beneficios, no había una necesidad aparente para desmantelarla.
Una gran parte de la plantilla en Schneider son mujeres, ¿qué supone para ellas el cierre?
La empresa es muy importante para la zona tanto a nivel laboral como a nivel social En la plantilla somos muchas mujeres y con una media de unos cincuenta años. Para muchas trabajadoras estos años son los más importantes para su cotización en la Seguridad Social, y tal como está ahora el mercado laboral lo tendrán difícil para recolocarse. La empresa no tiene problemas económicos por lo que creemos que podía haber hecho prejubilaciones algo más amplias. Ahora lo han fijado en los 57, pero hay personas con 52 que tienen muy difícil encontrar otro puesto.
«En Francia sí que ha habido una defensa de los puestos de trabajo mucho más dura, mientras en la planta de Burlata nos hemos sentado a negociar su destrucción»