Al menos 90 civiles han muerto en los últimos diez días en Afganistán por disparos de soldados de la OTAN, según informó el presidente Hamid Karzai, que destacó que «a partir de ahora no se tolerarán este tipo de operaciones».

La OTAN ha justificado la muerte de civiles, señalando que se trataban de operaciones contra talibanes armados que se habían refugiado en edificios en los que había civiles. La constatación de la presencia de estos civiles no ha supuesto, en ningún caso, que la OTAN desistiera de estos ataques. Más de 255 civiles afganos han muerto en este tipo de ataques en lo que va de año.

Según informó ayer Karzai, en el distrito de Chora (provincia de Oruzgan), la OTAN disparó piezas de artillería contra una población, provocando la muerte de 52 civiles.

Karzai también denunció la muerte de otros diez civiles en el distrito de Khas (también en Oruzgan) como consecuencia de «misteriosos bombardeos».

Esta es la primera vez que un dirigente afgano hace público un balance de civiles muertos por fuerzas de la OTAN durante los tres últimos días de duros combates callejeros, precedidos de una semana de operaciones por parte de los helicópteros Apache y los cazas F-16 y F-18 del Ejército de EEUU.

Un portavoz de la OTAN, John Thomas, confirmó que la cifra de civiles muertos dada a conocer por Karzai «más o menos se corresponde con el número de cuerpos que hemos encontrado».

«Lo que no sabemos es bajo qué fuego han muerto», añadió Thomas, que destacó que las tropas holandesas desplegadas por la OTAN en Oruzgan «están investigando» lo sucedido.