GARA > Idatzia > Mundua

¿Qué es un kilogramo?: un problema de peso internacional

¿Cuánto pesa un kilogramo? El único objeto que realmente pesa un kilo exacto está guardado en París y los científicos creen que es hora de redefinir esta unidad de medida y dejar de basarse en un elemento sólido. En octubre, podría llegar esta decisión.

Joseba VIVANCO

Sabe usted lo que es un segundo? Pues según la última definición científica 9.192.613.770 vibraciones de un átomo de cesio-133. ¿Y un metro? Pues la longitud de trayecto recorrido en el vacío por la luz durante un tiempo de 1/299.792.458 de segundo. Pues por muy enrevesadas que nos parezcan las explicaciones universalmente aceptadas de estas dos unidades de medición, cualquier investigador en cualquier parte del mundo trabaja con esos datos sin problema alguno para que sus cuentas le cuadren. Sin embargo, qué pasa cuando debe echar mano del kilogramo. ¿Sabe usted lo que pesa un kilo? Pues para esos mismos científicos la respuesta no es tan sencilla como pueda sugerir.

Ingenieros alemanes del Institute for Cristal de Berlín acaban de presentar los resultados de un estudio según el cual habrían logrado desarrollar un cristal de silicio altamente puro que podría definir de una vez por todas el kilogramo, la única de las siete unidades de medición (metro, segundo, amperio, kelvin, mol, candela y kilogramo) que ha permanecido invariable en su descripción desde 1971.

El tendero, el carnicero o el frutero se preguntarán a qué viene este interés por saber lo que es un kilo. Lo que desconocen es que el único objeto de referencia en todo el mundo que pesa exactamente eso, un kilogramo, está guardado bajo siete llaves en la Oficina Nacional de Pesos y Medidas de París. Así es. Ese kilogramo estándar data de 1889, cuando se convirtió en la medida internacional de masa, manufacturado sólo unos años antes por Johnson Matthey. Se trata de un lingote cilíndrico del tamaño de una ciruela y compuesto de una aleación de platino e iridio.

Desde hace 118 años permanece allí guardado, mientras que el resto del mundo debe conformarse con 39 réplicas del mismo distribuidas entre otros tantos países. El problema, vienen poniendo sobre la mesa cada vez más investigadores, es que van perdiendo peso.

Según cuenta la web científica Tendencias.21, la manipulación y la limpieza de esos prototipos derivan en la pérdida de algunos de sus átomos, pérdidas que resultan a todas luces insignificantes -se habla de 70 microgramos ó 0,00000007 kilos- para la balanza del pescadero, pero no para minuciosos experimentos. El kilo patrón, por su parte, es el único existente y se dice que también se ha dejado en estos años parte de su peso por diversos motivos.

Desde hace años, el resto de unidades de medición han ido redefiniéndose para ser más precisas. El kilogramo se ha resistido, pero todo eso puede cambiar en la próxima Conferencia General de Pesos y Medidas, que se celebra en octubre de 2007. Hace dos años, científicos estadounidenses, británicos y franceses ya reclamaron que «ha llegado el momento de que también el kilogramo esté basado en algún fenómeno natural que no cambie, ya sea una cantidad de luz o la masa de un número fijo de atómos».

Y es que son dos las líneas de trabajo que han cobrado fuerza en este tiempo para redefinir el kilo y que ello no dependa de un lingote guardado en París. Una de ellas es a partir del número exacto de átomos que contenga un elemento específico, de manera que gracias a los rayos X podría contarse el número de átomos de una masa atómica específica que sea igual a la masa de un kilogramo. Aquí entra el juego el silicio como elemento de referencia para esos cálculos.

La otra alternativa es de tipo electromagnético, y compara y establece una relación entre la atracción gravitacional y una fuerza electromagnética, a través de la llamada constante de Planck y utilizando la llamada balanza de Watt. O dicho de otra manera, definir el kilo por la cantidad precisa de fuerza electromagnética requerida para balancear un trozo de algo que pese 1.000 gramos contra el tirón del campo gravitatorio de la Tierra.

El metro y el segundo también pasaron por varias redefiniciones

El debate suscitado por los científicos en torno al kilogramo ya sucedió en otras ocasiones con otras unidades muy de uso común como el metro o el segundo. El primero, instituído en Francia en 1795, fue definido como la diezmillonésima parte de la longitud de un cuarto del meridiano terrestre -o lo que es lo mismo, entre el ecuador y el polo-, fabricándose para ello una barra de platino que medía el metro exacto. En 1960 se abolió esta descripción y se adoptó la de que un metro era igual a 1.650.763,73 longitudes de onda en el vacío de la radiación correspondiente a la transición entre los niveles 2p10 y 2d5 del átomo de kriptón 86. Finalmente, en 1983 se volvió a redefinir por la actual, basada en el tiempo atómico. Al segundo le pasó algo parecido. Antes de ser definido como lo que es, en 1967, un segundo era la 86.000 ava parte del día solar medio. J.V.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo