El camino se recorre andando y disputar un encuentro ante Venezuela a seis días de la Copa América hay que reconocer que es un gran paso. Sin embargo, ese paso hace falta complementarlo. Obtener la oficialidad de la selección de Euskal Herria depende de muchos factores, pero son indispensables la voluntad y el trabajo de la Federación.

En este sentido, el viaje finalizado ayer con la vuelta a casa del grueso de la expedición -algunos se han quedado por Venezuela- se presentaba como una inmejorable oportunidad para dar a conocer las reivindicaciones vascas y, sobre todo, recabar apoyos y comprensión cara a una hipotética petición de entrada en la FIFA. La tarea no es nada sencilla, pero intentarlo es necesario y los directivos de la Federación Vasca que se trasladaron hasta Venezuela con la selección no lo hicieron. Fueron de vacaciones y no se reunieron con nadie, para nada, cuando tenían la posibilidad de hacerlo con la mayoría de las Federaciones sudamericanas que se encontraban en el país caribeño.

Una gran oportunidad desperdiciada porque, aunque a día de hoy parezca un sueño, las posibilidades de recibir una invitación para la Copa América son reales. Se trata de un objetivo complicado y a largo plazo, pero para eso es necesario empezar construyendo la casa por abajo.

Mala política comunicativa

Para empezar, el tratamiento ofrecido a los medios de comunicación debe mejorar porque ha sido desastroso. No se ha facilitado la presencia de prensa de Euskal Herria en Venezuela y tan sólo se han desplazado cuatro periodistas vascos con la expedición. Dos de ETB, uno de GARA y otro de Radio Euskadi. Conseguir un hueco, primero en el avión y luego en los hoteles, ha sido una odisea porque no se planificó el viaje con la idea de que los medios acompañaran a la selección. Incluso ha habido periodistas que se quedaron sin la posibilidad de ir a Venezuela al no haber plazas.

Sin embargo, lo más preocupante ha sido que, a pesar de contar con un jefe de prensa, los representantes de la Federación no han sido capaces de ofrecer una rueda de prensa y explicar qué es la selección vasca, el objetivo que persigue -se entiende que la oficialidad porque sino no tendría demasiado sentido disputar este tipo de partidos-, durante su estancia en el país caribeño.

Ha faltado trasladar un mensaje claro y contundente para que el pueblo venezolano comprendiera qué significa la reivindicación de la oficialidad y el por qué de las reclamaciones. La política comunicativa ha sido tan desastrosa que, incluso, en la Euskal Etxea, hubo quién en un primer momento y aunque parezca sorprendente, entendió mal las pancartas que portaron los jugadores y pensaron que se trataba de un apoyo al Gobierno de Chávez.

Si no fuera por ESAIT, que con muchos menos medios ha conseguido reunirse con altos cargos del deporte venezolano, y el compromiso asumido por los jugadores, el significado del partido se habría perdido.

La Federación Vasca y su presidente, Iñaki Dobaran, deben realizar una reflexión en voz alta cara a la sociedad porque no se puede vender humo si no se tiene intención de quemar nada. Si se cree en algo hace falta ser valiente y no amedrentarse a la primera crítica que se recibe desde medios españoles. Las declaraciones realizadas tras el partido diciendo que «nos identificaron no sólo con Euskadi sino también con España y puedo decir que el pabellón no ha quedado mancillado» son un auténtico despropósito.

Dobaran debería explicar claro a qué juega y a qué se refiere. Para más inri, para poder asistir tranquilo a la final de Copa y no ser mal recibido por la Federación Española, tampoco defendió a sus jugadores de las críticas, lo que le coloca en un mal lugar ante ellos.

El problema está en saber si realmente desde la Federación Vasca se cree en la selección y se quiere luchar por conseguir la oficialidad. Los jugadores han demostrado que están dispuestos, gran parte de la sociedad y movimientos populares como ESAIT también, por lo que tan sólo faltaría que la Federación se aclare. Contar con el respaldo de los políticos también es importante, pero no es la única vía posible, como pretenden hacer ver. Existen muchas posibilidades por explorar y que están en nuestras propias manos. Oportunidades como ésta no se pueden desperdiciar así.