Tres atentados atribuidos a kamikazes se registraron ayer en un hotel del centro de Bagdad y dos comisarias de policías al norte y al sur de Irak, provocando al menos 45 muertos, entre los que se encuentran un diputado y un ex gobernador provincial.

Estos atentados se produjeron al día siguiente de que un tribunal diera a conocer que se aplicará la pena de muerte a Ali Hassan al-Majid, también conocido como «Ali el Químico», por su implicación en la muerte de 200.000 kurdos y la destrucción de más de 3.000 aldeas a finales de los años ochenta del siglo pasado.

En el atentado registrado en el hotel Al-Mansour Meliá, situado en pleno corazón de Bagdad, un kamikaze hizo estallar un cinturón de explosivos en el hall, donde se encontraban líderes tribales para una reunión informal, provocando doce muertos y 21 heridos, según los servicios de seguridad iraquí.

Entre las víctimas figuran destacadas personalidades de la vida política iraquí, como Hussein Chaalan, líder chií de la ciudad de Diwaniyah y diputado en la candidatura del antiguo primer ministro Iyad Allaoui, su hijo y el ex gobernador de la provincia de al-Anbar, Fassal Ghououd.

Ghooud era miembro de una coalición tribal suní que tenía como objetivo luchar contra la red integtrista Al Qaeda junto a EEUU en la provincia de al-Anbar bajo el nombre de Despertar de al-Anbar.

«Este ataque tenía como objetivo las tribus que combaten el terrorismo, pero Irak les hará frente. No os tenemos miedo y continuaremos luchando contra vosotros», declaró a France Presse el jeque Mahmoud Daham, líder suní de al-Anbar que resultó ileso en el atentado.

Rahim al-Maliki, un poeta que trabaja para la televisión pública al-Iraqia y dos líderes tribales suníes también fallecieron en el hotel Al-Mansour Meliá.

La onda expansiva destrozó el hall, las escaleras y los ascensores, mientras que el falso techo se vino abajo. El elegante suelo de mármol aparecía repleto de escombros.

Según un empleado del hotel, los líderes tribales se disponían a abandonar el establecimiento para encontrarse con un responsable político iraquí cuando se produjo la explosión.

Sin embargo, el atentado más sangriento de los registrados ayer tuvo lugar contra una comisaría de policía en Baiji, a 200 kilómetros al norte de Bagdad, donde un kamikaze emportó un camión cisterna, provocando 25 muertos y 50 heridos. El edificio resultó muy dañado por la explosión, que se produjo hacia las 9.30 de la mañana.

Tres horas después, otro atentado llevado a cabo por un kamikaze se registró en el centro de reclutamiento de la Policía iraquí en Hilla, a 120 kilómetros al sur de Bagdad, provocando al menos ocho muertos entre quienes acudían a inscribirse en la fuerza policial y otros 41 heridos, según señaló el teniente Mohammed Douilami.

Al mismo tiempo, el Ejército de EEUU anunció la muerte de dos soldados, lo que eleva a 73 el número de militares de ese país fallecidos en Irak en junio. Al menos 3.500 miembros del Ejército de EEUU han muerto en Irak tras la invasión de marzo de 2003, según recuento de France Presse basado en las cifras del Pentágono.