El Guggenheim acoge una selección de los mejores grabados de Durero
«Lo decisivo en Durero es el grabado». Son palabras de Martin Sonnabend, comisario de la exposición que el Museo Guggenheim Bilbao dedica al artista alemán a partir de hoy y hasta el 9 de setiembre. La muestra reúne 160 grabados procedentes de la colección del Städel Museum. La selección realizada permitirá al público admirar las más importantes estampas de la producción del artista, una ocasión única puesto que no es habitual que se exhiban.
Izaskun LABEAGA | BILBO
El museo Städel de Frankfurt, propietario de una de las colecciones más importantes de la obra Alberto Durero (Nuremberg, 1471-1528), celebró en 1971 una gran exposición con motivo del 500 aniversario del nacimiento del artista. Sus grabados no han vuelto a mostrarse al público desde entonces -son ya 36 años-, a fin de protegerlos de la luz y de otros agentes que pudieran dañarlos. De esta forma, la exposición que se inaugura hoy en el Museo Guggenheim constituye una ocasión única para contemplar algunas de las principales estampas de uno de los más grandes maestros del grabado de todos los tiempos.
Entre las piezas incluidas en esta selección figuran ``El caballero (el caballero, la muerte y el diablo)'', ``Melancolía I'' y ``San Jerónimo en su celda'', consideradas tres piezas maestras del creador alemán.
Pintor, dibujante y grabador
Alberto Durero nació el 21 de mayo de 1471. Hijo de un orfebre, se formó en este oficio junto a su padre y, posteriormente, completó su formación como pintor en el taller de Michael Wolgemut. Fue decisivo su paso por Italia. Allí adquirió conocimientos de matemáticas y anatomía, sobre la plasmación del paisaje y la construcción de la perspectiva.
Alberto Durero destacó como pintor y como dibujante pero fue con el grabado con el que dio a conocer en toda Europa su innovadora creación artística. Durero ha sido considerado por la historiografía como el artista más sobresaliente del Renacimiento alemán. No en vano llevó al grabado «a las cotas más altas», subrayó ayer el conservador Martin Sonnabend en la presentación a los medios de comunicación de la exposición que se inaugura hoy en Bilbo. El artista entendió la obra en estampa no como una reproducción sino como una obra de arte en sí misma.
El recorrido por las tres salas de la tercera planta del Guggenheim permite admirar la maestría técnica y artística de este pintor, grabador, dibujante y, además, teórico de diferentes disciplinas. Durero recogió sus conocimientos artísticos en varios libros. Estableció «unos estándares que, aún en la actualidad, nadie ha sabido mejorar», en palabras de Sonnabend.
El comisario explicó ayer que la exposición del Guggeheim está compuesta por 160 de los más de 400 grabados que posee el museo Städel, uno de los más antiguos de Alemania. Fue fundado por el banquero Jonhann Friedrich Sädel, que donó su patrimonio a la comunidad.
Sonnabend indicó que ha reunido en Bilbo las piezas de mayor belleza y relevancia, desde el punto de vista técnico, de la colección de Sädel. «Se han elegido las obras que son marca de identidad de Durero; no hay obras secundarias», aseguró.
El montaje ha tenido en cuenta la temática de las estampas y la fecha en la que fueron creadas. ``Joven amenazada por la muerte'' es uno de los primeros grabados en cobre que realizó Durero y que da cuenta del dominio que alcanzó a la hora de llevar sus ideas a este material. El artista trabajó personalmente sobre la placa de metal, línea por línea, a diferencia de lo que hacía cuando abordaba la madera; dibujaba sobre la plancha y dejaba a un artesano el trabajo posterior.
``Joven amenazada por la muerte'' muestra a una chica que trata de huir de la muerte, que la ha sorprendido mientras esperaba a su amante. La imagen contiene un mensaje moralizante, sobre los buenos comportamientos. Este tipo de estampas tuvo gran aceptación entre el público burgués del siglo XV. «Los adquirían para que sirvieran de ejemplo a sus hijas», apuntó el comisario.
En la misma línea, la pieza ``El hijo pródigo'' muestra a un joven que regresa pidiendo ser admitido en la casa paterna. Ya en este paisaje se advierte una mejor representación de la profundidad.
La fascinación de Durero por los desnudos femeninos del arte antiguo quedó reflejada en ``La tentación del ocioso (el sueño del doctor)''. El desnudo era por entonces algo nuevo en Alemania, por lo que Durero lo llevó a sus obras de carácter moralizante para censurar conductas mal consideradas por la sociedad.
``Los cuatro jinetes de la Apocalipsis'' tiene que ver con el temor a que el fin del mundo llegara con el año 1500. El artista realizó hasta 16 grabados en torno a esta idea.
En el grabado en cobre titulado ``Adan y Eva (el pecado original)'' Durero quiso plasmar la belleza ideal y sus proporciones en los cuerpos de Adan y Eva. Investigó mucho sobre el tema. El Apolo de Belvedere y las Venus antiguas fueron, al parecer, los modelos en los que se fijó el artista para acometer esta obra.
También están presentes en la exposición ``El caballero (el caballero, la muerte y el diablo)'', ``Melancolía I'' y ``San jerónimo en su celda'', tres obras maestras del grabador.
Durero recogió sus conocimientos artísticos en varios libros. Estableció «unos estándares que, aún en la actualidad, nadie ha sabido mejorar», señala el comisario Martin Sonnabend.
Sonnabend ha reunido en Bilbo las piezas de mayor belleza y relevancia, desde el punto de vista técnico, de la colección de Sädel. «Se han elegido las obras que son marca de identidad de Durero; no hay obras secundarias», asegura.
Como complemento a la exposición ``Alberto Durero: grabados Colección del Städel Museum'', el Guggenheim ha creado un espacio didáctico, dividido en secciones temáticas, que ofrece una visión general sobre la época del Renacimiento: el interés por la Antigüedad clásica, el desarrollo del Humanismo, los avances científicos, los cambios sociales, políticos y religiosos, así como conceptos clave del arte en dicho período por medio de documentales, música, imágenes, mapas, gráficos e interactivos. De forma paralela a este recorrido por los siglos XV y XVI, se ofrece al visitante información sobre la vida de Alberto Durero y se completa con un espacio donde se desarrollarán talleres que permitirán conocer las técnicas de trabajo desarrolladas por este artista.
Además, hasta el 13 de julio, el Museo ha organizado una novedosa programación de actividades dirigida a los niños de los Amigos del Museo, con edades entre 3 y 12 años.
GARA