Raimundo Fitero
Desconfianza
Es una buena actitud para guardar la viña de la autoestima desconfiar de todo cuanto nos cuentan por televisión. Especialmente cuando lo que se nos ofrece son campañas de solidaridad a cargo de famosos. Hasta de los menos sospechosos debemos sospechar. Pero cuando son famosos en horas bajas, entonces el estruendo de la desconfianza debe prevalecer sobre todas las otras salvedades. Y ni les cuento cuando se trata de noticias, rumores, intoxicaciones sobre la vida política vasca, entonces la desconfianza es el único salvoconducto para salir de la manipulación concertada y armonizada entre los núcleos duros de los partidos dominantes y sus servicios de mentiras a medida. Los puntos de vista sobre los hechos se han convertido en más importantes que la noticia. Y las noticias se fabrican en gabinetes oscuros.
Sin ir más lejos en ese programa de política agropecuaria que se titula «¿Dónde estás corazón?» apareció una señora que parecía una trágica madre coraje, que intentaba involucrar a los periodistas chacineros en el plató con asuntos tan sensibles como la maternidad, y el amor a su hijo. Lloraba. Pero lloraba con lágrimas de cocodrilo, con lágrimas fingidas, con dolor ensayado. Lloraba para justificar el dinero cobrado, para que de paso alguien se volviera a acordar de ella como actriz y no solamente como madre separada. Lloros contra la verdad, lloros para generar desconfianza en la sociedad sobre las denuncias de malos tratos. Lloros indecentes, pagadizos, consentidos. Lágrimas exprimidas desde la chequera.
Por lo tanto desconfiemos también del concurso de baile al suelto, una de las tradiciones de ETB, de las cadenas que nos prometen retransmisiones de los encierros sanfermineros como si se tratase de inventar el kalimotxo como bebida que insufla poderes mágicos, del bote de todas las pelotas y balones, de los pronósticos meteorológicos, de los resultados de la Bolsa y de los supuestos milagros del Papa polaco. El euribor se ha convertido en una cometa con demasiado hilo, y en vacaciones puedes pillar una urticaria. Confía en el Sol, pero un rato, porque después llega la Luna. Dale un beso y sueña.