Alerta «crítica» en Gran Bretaña tras un tercer intento de atentado
Un coche en llamas que se empotró contra la terminal del aeropuerto de Glasgow desató todas las alarmas en Gran Bretaña. Aunque inicialmente, las autoridades británicas minimizaron el alcance del incidente, Gordon Brown tuvo que admitir que era «un atentado».
GARA | LONDRES
El nuevo primer ministro, Gordon Brown, no pudo empezar con peor pie su mandato. Si el viernes detectaban dos coches bomba en el centro de Londres, un coche en llamas que se empotró ayer contra el aeropuerto escocés de Glasgow le obligó a decretar el estado de «máxima alerta» para toda Gran Bretaña.
Brown se vio obligado a convocar, por tercera vez en apenas dos días, el comité Cobra de «alerta antiterrorista». La ministra del Interior, Jacqui Smith, una de las más novatas de todo el gabinete, declaró a la entrada de la reunión de Cobra que lo sucedido en Glasgow era «algo serio», pero se negó a utilizar la palabra «atentado».
A la salida del comité Cobra, se quitaron ya todas las caretas. Brown había decretado el máximo nivel de alerta en Gran Bretaña y para justificarlo tenía que dejarse de eufemismos y designar lo sucedido en Glasgow como un «atentado».
Y es que las autoridades británicas trataron de minimizar lo que pasó en Glasgow a lo largo de toda la tarde de ayer.
Lo que ocurrió es que un coche -un 4x4 del tipo Jeep Cherokee- que estaba en llamas se empotró contra una de las terminales del aeropuerto internacional de Glasgow, el más importante de Escocia.
Tras el impacto, al bajar del coche, el conductor se encontraba en llamas y se abalanzó hacia la Policía, que, sin embargo, pudo reducirlo. Su acompañante enarboló «lo que parecía un cóctel molotov», pero también fue detenido.
La cadena de televisión Sky TV informó de que el Alexandria Royal Hospital de Paisley, a donde fue trasladado el conductor, tuvo que ser desalojado. La BBC no lo confirmó.
Según la BBC, el coche contenía grandes cantidades de gasolina, cilindros de gas y clavos para ser utilizados como metralla, pero el mecanismo no pudo ser detonado.
Nada más conocerse el incidente, se desalojó el aeropuerto de Glasgow y los principales aerodromos de Escocia e Inglaterra fueron puestos en alerta. Horas después, la Casa Blanca sumaba a EEUU a la alerta.
El aeropuerto de Liverpool (Inglaterra) fue cerrado ayer por la noche como consecuencia de las medidas de alerta adoptadas por el Gobierno británico tras lo sucedido en Glassgow.