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Josebe EGIA

Escándalos institucionales

Hay hechos que provocan verdaderos escalofríos y que son los que realmente causan alarma social, y más cuando quienes los perpetran son instituciones del estado en aras de no se sabe qué bien superior.

Uno de ellos es el acuerdo al que han llegado en Israel el presidente saliente, Moshe Katsav, y el fiscal general del Estado. Según este acuerdo, si el presidente presentaba su dimisión -lo que ya ha hecho- se le retirarían los cargos de violación en su contra, de manera que evita la cárcel y además se suspenderán los pleitos por otros presuntos delitos sexuales. Tienen el acuerdo tan blindado que el fiscal general del Estado, sin ningún rubor, lo anunció en una rueda de prensa. Explicó que, una vez entre en vigor la dimisión del presidente, 48 horas después de ser presentada se dará a conocer la sentencia contra Katsav. Según el fiscal, la sentencia incluirá cargos por asalto indecente, por acoso sexual y por obstrucción a la justicia. Es decir, se retira el cargo de violación y, en su lugar, será juzgado por «dos abrazos y un intento de beso». «El presidente se declarará culpable de tres cargos, por lo que deberá pagar compensaciones a dos de las cuatro demandantes» añadía. Total, algo de dinero y se va de rositas.

El mismo fiscal que en enero anunció que tenía pruebas contundentes para juzgar al presidente por violación, entre otros cargos por delitos sexuales que podrían haber supuesto una pena de hasta 20 años de cárcel, considera ahora que el acuerdo alcanzado es de interés público. «Este acuerdo minimizará el perjuicio a la institución de la Presidencia». Lo que no dice es que, con este cambalache, atentan contra la dignidad de las víctimas -«como un escupitajo en sus caras» lo han definido organizaciones feministas-, se pone en solfa que Israel sea un Estado de Derecho -al quedar el sistema judicial supeditado a intereses políticos- y, lo más grave para atajar la violencia de género, llevará a muchas mujeres agredidas a desconfiar de la justicia y a pensar que no merece la pena denunciar su situación. Un escándalo que ha indignado a la opinión pública israelí, pero que se ha consumado.

Como es escandaloso que en Irun, un año más, el alcalde Santano haya apoyado sin fisuras el alarde discriminatorio y ninguneado el mixto. Ello es así hasta el punto de que no ha tenido inconveniente en acudir a la presentación de una nueva Asociación de Mujeres, «gordeZAN», cuyo objetivo es impedir que haya un alarde mixto en igualdad de condiciones para mujeres y hombres. En este acto se hizo un llamamiento a otras mujeres para que formen asociaciones de este tipo y apoyen así a las compañías del Alarde tradicional. Por cierto, ¿la constitución de estas asociaciones tendrá algo que ver con la posibilidad de obtener subvenciones de las arcas municipales y otras instituciones? Con esto conseguirían rizar el rizo. Se saltan la Ley de Igualdad a la torera y además consiguen financiación pública para ello. ¡El colmo!

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