Una vez más será Madrid, en este caso el Congreso, donde se va a fotografiar el futuro próximo de Euskal Herria. La instantánea tendrá muchas caras.

Tendrá la del señor Rodríguez Zapatero, entre altiva y cabizbaja, una paradoja que sólo se entiende en quien dice haber querido buscar la paz asegurando al mismo tiempo no haber puesto los medios para lograrla o haberlo hecho en menor medida que su predecesor, el excelentísimo Josemari Aminadiemedicelascopasdevinoquemepuedobeber.

Tendrá también la cara más cínica de la oposición ultraconservadora española, la de un Mariano Rajoy quijotesco campeón del no al diálogo, la de un tipo que se creyó chistoso cuando su partido era rodillo, pero que, ahora que preside un partido que no dirige, resulta un chiste sin gracia en sí mismo, o sea, una pena.

La instantánea reflejará también la cara de los ausentes en el debate. La cara nuevamente armada de ETA, la cara angustiada de quienes viven de nuevo en el temor, la cara igualmente angustiada de quienes viven en la otra orilla del temor, la cara oscura de la tortura, las 18 veces 98 caras de la injusticia, la cara dispersa de los presos, la lejana de sus familiares, la ilegalizada de Lizartza, la encarcelada de Arnaldo Otegi, la cara y la cruz de Patxi López, la cara circunspecta de Miguel Sanz, la cara a secas de Josu Jon Imaz, la rojigualda de monseñor Sebastián... hoy se podrán ver todas esas caras y otras tantas en el Congreso.

Decía un profesor de imagen en la universidad que puede adivinarse la tendencia ideológica de un diario de una única ojeada, sólamente repasando la jeta de los políticos fotografiados. Pues bien, mañana los estudiantes de periodismo podrán jugar a catalogar periódicos, pero además podrán entretenerse en recopilar todos esos rostros, los que saldrán fotografiados y los ausentes, porque todos ellos forman parte de una misma cara, la del conflicto vasco, un contencioso que ninguno de los que se enzarzarán en la batalla mediática de hoy será capaz de resolver. Simple y llanamente porque no buscan acabar con un sufrimiento que desde hace tiempo ya es insufrible. Su único objetivo es acceder al poder y perpetuarse. Así de simple. Esa será la cara del debate de hoy.