El mando militar de Estados Unidos en el Irak ocupado informó ayer de la muerte de al menos 60 supuestos miembros de Al Qaeda y de la detención de 134 personas relacionadas con esa organización, en el marco de la ofensiva conjunta que 10.000 efectivos estadounidenses e iraquíes están llevando a cabo desde la semana pasada en la provincia de Diyala. Sin embargo, el Partido Islámico de Irak, principal fuerza política suní en el país y socio clave del Gobierno chií del primer ministro, Nuri al Maliki, aseguró que el número de muertos supera ya los 350 y ha acusado al Ejército de EEUU de estar llevando una «masacre» en Baquba, capital de Diyala, de mayoría suní.

Las fuentes estadounidenses indicaron que en la ofensiva, que se ha centrado en Baquba, se están utilizando vehículos blindados, aviones de combate y helicópteros y, según dijeron, se han demolido 24 edificios, se han localizado 45 depósitos ocultos de armas y se han desactivado hasta 96 cargas explosivas.

El Partido Islámico de Irak aseguró que las calles de la capital de Diyala estaban inundadas de cadáveres de civiles como consecuencia de la ofensiva realizada por el Ejército estadounidense con apoyo de tropas iraquíes. El principal socio del Gobierno colaboracionista de Irak exigió al Ejecutivo y al Ejército de EEUU que «paren la masacre y que distingan entre civiles y grupos armados».

Por otro lado, el Ejército iraquí anunció haber matado en Mosul a 17 supuestos insurgentes vinculados a Al Qaeda en una operación en la que, según dijeron fuentes militares, artificieron lograron desactivar dos coches bomba y explosionaron otros dos de manera controlada.

Además, en los dos últimos días otros cinco militares de EEUU -cuatro soldados y un marine- fallecieron en operaciones militares en Anbar y en dos ataques en Bagdad. Con éstas son ya 3.582 los de militares estadounidenses muertos en Irak desde la invasión de marzo de 2003 que dio inicio a la guerra, según el recuento de AP.

«Por delegación»

El Ejército de Estados Unidos acusó ayer a Irán de utilizar «por delegación» a la milicia libanesa chií Hezbollah para armar a los combatientes chiíes en Irak. Asimismo, aseguró que la fuerza Al Quds iraní -una rama de los Guardias Revolucionarios- tenía conocimiento previo de un atentado cometido en enero en Kerbala, en el que murieron cinco estadounidenses.

El ministro iraní de Defensa, Mohammad Mustafa Najar, afirmó que las acusaciones de EEUU son «todo mentiras y van en la línea de la guerra sicológica que desarrolla».