Sindicatos y patronal discrepan sobre la respuesta a la huelga en el Comercio
Coincidiendo con el inicio de las rebajas, el Comercio de Bizkaia secundó ayer la última de las tres huelgas convocadas por ELA, LAB, UGT y USO, esta vez en Bilbo. Los sindicatos hiceron una «muy positiva valoración» del seguimiento registrado, mientras la patronal habló de «fracaso».
GARA |
La tercera y última jornada de huelga convocada en el Comercio de Bizkaia «por un convenio digno», esta vez en Bilbo, y coincidiendo con el inicio del periodo de rebajas, dejó atrás las habituales valoraciones dispares de patronal y sindicatos. Las centrales ELA, LAB, UGT y USO cifraron en un 90% el seguimiento registrado durante la mañana, por lo que hicieron una valoración positiva, que se repitió por la tarde, cuando fuentes de las centrales convocantes señalaron a GARA que «alrededor de 400 personas, en su mayoría trabajadores», participaron en los piquetes informativos que recorrieron la capital vizcaina.
A la movilización convocada por los cuatro sindicatos, con efecto sobre los sectores del comercio textil, comercio del mueble, comercio del metal y comercio en general, estaban llamados entre 12.000 y 15.000 trabajadores, que según subrayaron, «están sin convenio desde 2004». Comercio de alimentación y de piel y calzado, así como El Corte Inglés, estaban fuera de la convocatoria.
Representantes sindicales y huelguistas se concentraron ante la sede de la patronal, Cebek, en Bilbo. La responsable del sector del Comercio de ELA, Marije Fernández, bautizó esas oficinas como «monumento a la avaricia» y reclamó a la patronal que «recapacite y acepte el pago de atrasos salariales a partir de 2005, una reducción de jornada «importante» y un incremento salarial del IPC más un 1,35%.
A este respecto, la responsable del sector de LAB, Ziortza Amestoi, aseguró que los trabajadores del Comercio «no llegan a los 1.000 euros mensuales». Advirtió, sin embargo, que «hay margen en la negociación para que la patronal acepte una de las cuestiones fundamentales, recoger el cobro de atrasos salariales a partir de 2005».
No obstante, LAB insistió en que el convenio tendría que recoger otras mejoras para atajar «los bajos salarios, las jornadas interminables, las contrataciones parciales y otros elementos que contribuyen a la precarización paulatina del sector», al tiempo que ELA apuntó que si la patronal no desbloquea la situación, podrían volver a las movilizaciones en julio.
Por su parte, la patronal Cebek y la Confederación Empresarial de Bizkaia consideraron «un fracaso» la huelga y manifestaron que en la Gran Vía y el Casco Viejo los establecimientos «se han visto obligados a cerrar transitoriamente» al paso de los piquetes. Acusaron a los sindicatos de utilizar «la coacción y la intimidación» para cerrar los comercios.
El Comercio demanda «un convenio digno» que recoja el pago de atrasos, reducción de jornada, que alcanza las 1.750 horas mensuales, y subidas salariales para empleados que no llegan a los 1.000 euros al mes.
El sindicato LAB denunció ayer la actitud del grupo Inditex, propietario de firmas tan conocidas como Zara, Mango, Massimo Dutti o Pull&Bear, por haber intentado «abrir sus tiendas durante una jornada de huelga con el personal eventual contratado para rebajas», situación que se denunció a la Inspección de Trabajo.
Desde la central abertzale calificaron de «vergonzoso» el proceder del grupo, conocedor de que su actitud puede dar lugar a una infracción económica. El resto de las centrales criticó también a la compañía por «llenarse los bolsillos mientras contrata a trabajadores eventuales» con el objetivo de «sustituir a quienes ejercen su derecho a la huelga». ELA, por su parte, denunció que algunos comercios de la misma cadena abrieron sus puertas con trabajadores «de otras provincias» y criticó que «estas cadenas multimillonarias hayan pasado una circular al Gobierno vasco diciendo que sus tiendas no estaban llamadas a la huelga para tener a la Ertzaintza delante y no dejar entrar al piquete informativo».
Las reivindicaciones de los trabajores del Comercio se sustentan, entre otras cuestiones, en la buena situación económica del sector. «Quién va a saber mejor cómo está el sector, si el dinero lo metemos nosotras en la caja».
