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Fin del secuestro DE ALAN JOHNSTON

Hamas presenta como un éxito propio la liberación del periodista

Hamas aprovechó la liberación del periodista de la BBC Alan Johnston para destacar que desde el 15 de junio no existe inseguridad en Gaza. El primer ministro, Ismail Haniyeh, mantuvo un encuentro con Johnston. Hamas culpó a al-Fatah de la «anarquía» que se vivía en Gaza antes de que el movimiento islamista tomara el control de la franja. Al-Fatah acusó a Hamas de estar detrás del secuestro y protagonizar una farsa.

GARA | GAZA

Apenas tres semanas después de la toma del control de Gaza, Hamas consiguió un éxito político y mediático al lograr la liberación del periodista de la BBC Alan Johnston, que se encontraba secuestrado por un grupo islamista desde hace 114 días, desde el 12 de marzo.

Hamas logró que la organización islamista Ejército del Islam liberara a Johnston usando la vía de la negociación, pero también la amenaza de emplear la fuerza.

Aislado diplomáticamente en Gaza, Hamas busca demostrar que es capaz de mantener el orden frente al caos de milicias armadas que pululaban antes del 15 de junio.

«Esta liberación es una prueba de la seguridad y estabilidad que se vive en Gaza», señaló el primer ministro palestino Ismail Haniyeh (Hamas), quien fue destituido por el presidente de la ANP, Mahmud Abbas, (al-Fatah).

Haniyeh realizó estas declaraciones en su casa de Gaza, a donde fue trasladado Johnston tras ser liberado para comparecer ante los medios de comunicación.

«La seguridad ha mejorado notablemente, de una manera que no se había visto desde hace años. Queremos que la seguridad prevalezca en Gaza y que sus habitantes vivan en la alegría y en la felicidad».

Por su parte, el portavoz de Hamas, Sami Abu Zuhri, destacó que «el caos en Gaza ha terminado. Hemos entrado en una nueva época». Asimismo, acusó a los servicios de seguridad fieles a Abbas de ser «responsables de la anarquía que se vivía» antes del 15 de junio.

Por ello, invitó a los periodistas de medios internacionales a que vuelven a Gaza para informar de «la nueva situación» que se vive.

Al-Fatah ve una pantomima

Al-Fatah, por su parte, denunció que Hamas ha escenificado una pantomima. «La farsa que ha durado 114 días ha terminado», destacó el partido de Abbas en un comunicado en el que acusaba al Ejército del Islam de haber secuestrado a Johnston siguiendo instrucciones directas de Hamas.

«Hamas está detrás del clan Dougmoush [a quien se atribuye haber impulsado el Ejército del Islam] y ha protegido a los secuestradores. Este liberación no es más que un intento de mejorar su imagen en la escena internacional», aseguró a France Presse Yasser Abed Rabbo, consejero de Abbas.

Johnston fue liberado el martes por la noche y describió su secuestro de 114 días como «estar enterrado vivo». El periodista abandonó Gaza ayer por la mañana en dirección a Jerusalén, donde tras realizar una parada en el Consulado británico, estaba previsto que se dirigiera inmediatamente a Londres.

«Estaba como enterrado vivo, alejado del mundo. En ocasiones, estaba totalmente horrorizado», explicó Johnston.

La dureza del cautiverio se reflejaba en el semblante de Johnston, que estaba pálido pero mostraba su alegría por haber sido liberado. El periodista relató que mientras estuvo secuestrado apenas pudo ver la luz del sol y vivía bajo la amenaza permanente de ser ejecutado por sus captores.

En junio, le amenazaron con «degollarlo como un cordero» si los islamistas presos en Gran Bretaña y Jordania no eran liberados. Hace escasamente una semana, los secuestradores difundieron un vídeo en el que se mostraba a Johnston con un cinturón de explosivos que pretendía accionar si había una operación para liberarle por la fuerza.

«Estaba en manos de gente muy peligrosa e impredecible. No sabía cómo podía terminar todo esto. Pensé que tenía un 50% de posibilidades de morir».

«Sin las fuertes presiones de Hamas, que se ha encargado de resolver los problemas de seguridad en Gaza, estaría en aquella habitación para mucho mucho tiempo», señaló Johnston mientras todavía se encontraba en Gaza. Ya en el Consulado británico de Gaza, aseguró que sus captores se «preocuparon» cuando Hamas logró el control absoluto de Gaza.

Junto a ello, explicó que solía prepararse la comida en una cocina que estaba al lado de la habitación en la que lo mantenían y que sus captores no lo torturaron.

«El cautiverio ha sido espantosos y no puedo describir lo bueno que es tener libertad», subrayó desde Jerusalén.

Añadió que en todo momento fue consciente de los intentos que se estaban realizando para liberarlo porque podía escuchar los noticiarios del Servicio Mundial de la BBC. «Las noticias de que se producían manifestaciones para apoyarme me daban mucha fuerza», señaló.

Unas 200.000 personas firmaron una petición en internet a favor de la liberación de Johnston y se realizaron concentraciones en varias ciudades del mundo.

El periodista británico explicó que una de las primeras cosas que hizo tras ser liberado fue ir al barbero para que le afeitara y «me quitara las pintas de secuestrado que tenía».

Contacto con la familia

Johnston también pudo hablar por teléfono con sus padres, Graham y Margaret, que se encontraban en la localidad escocesa de Lochgoilhead. «No habíamos perdido la esperanza en ningún momento», manifestaron.Tras esta liberación, se sucedieron las reacciones que mostraban alivio por esta noticia.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, por ejemplo, hizo un llamamiento a que se libere a «todos los secuestrados en las mismas circunstancias».

114 DÍAS

El periodista escocés de la BBC Alan Johnston fue secuestrado el pasado 12 de marzo, por lo que se ha convertido en el occidental que más tiempo ha estado cautivo de organizaciones islamistas en Gaza.

GILAD SHALIT

El primer ministro palestino, Ismail Haniyeh, anunció ayer que su Gobierno está dispuesto a trabajar para lograr la liberación del soldado israelí Gilad Shalit, secuestrado en Gaza desde junio de 2006.

retrato retirado

Tras conocerse la liberación de Johnston se retiró su retrato de la fachada de la sede principal de la BBC, en Londres. El periodista pudo comunicarse con sus compañeros a través de la señal de televisión.

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