Nueva edición del Fantasy Show Bike, ésta ya en su décimo año, que espera contar con la llegada de más de 5.000 motos y otros tantos rockeros animados tanto por la filosofía del caucho y el tubo de escape, como por los dos días de excelente música en directo que ha preparado la organización.

Motos y rock siempre han sido colegas, desde los mods hasta los días del rock californiano o el filme «Easy rider», con «Nacido para ser salvaje», de Steppenwolf, como himno rodero motorizado. «Sí, el rock y el ritmo y blufeas continúan siendo los estilos preferidos -matiza José Luis Sánchez, desde la organización-, pero los tiempos cambian y las preferencias musicales también. No obstante, es mucho mas acertado traer a una vieja gloria del rock que no a un grupo demasiado moderno. Hay que tener en cuenta que la edad de los moteros está más cerca del adulto que del joven modernillo, por lo que vibran más con la música que les ha visto crecer».

«La cultura del custom viene de la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados compraban las motos que habían utilizado y las transformaban. Es una cultura vieja, con muchos años. El tuneado se refiere a los coches y es relativamente moderno. No tenemos nada que ver ni en filosofía ni en gustos musicales», puntualiza José Luis. Razones que año tras año permiten que por Sestao hayan pasado formaciones como Rose Tatoo,Nasville Pussy, One Minute Silence, Gotthar o el soberbio catálogo de este año.

Rock y blues polvoriento

Los conciertos de mañana agrupan principalmete a bandas catalanas, donde la cultura de moto, tatuaje y rock-blufeas se encuentra asentada. Ron Vudú es una banda de rock formada en 1999. Basan su sonido en las grandes bandas de los setenta, al estilo de Lynyrd Skynyrd, The Allman Brothers Band, The Band, Creedence Clearwater Revival, Rolling Stones... o Bad Company. Los catalanes presentan su nuevo disco «Bailando en la cuerda floja», composiciones estructuradas por guitarras, pianos, teclados Hammond, sección de vientos, coros femeninos. Sonido negro y piel blanca. Schizophrenic Spacers es un grupo nacido en la periferia de Barcelona y que cada año realiza un concierto tributo a una de sus bandas preferidas, Thin Lizzy. Además, han rendido homenajes a Van Halen y a los Who, a quienes veneran.

La misión de Killing Machine es «preservar la pureza del metal más clásico e ir allá donde sea necesaria una limpieza de infectas notas musicales. Nuestra sociedad lleva demasiado tiempo siendo sometida a una constante infección auditiva en forma de mutaciones del heavy-metal clásico», y se inclinan por elevar a los cielos a los Judas Priest de los primeros 80, a quienes versionean. Y desde Chicago, el trío Steepwater Band, diez años de autopista plenos de hard-rock y blufeas-rock, presentan«Revelation sunday». El sábado repite el trío de Chicago, más la participación de dos espectaculares set: Marc Ford Band y Eric Sardinas. Eric es un guitarrista americano de blufeas-rock nacido en Florida, en 1970. Es guapetón, chulo, de extensa carrera y con unos dedos y técnica envidiables. Sin duda, uno de los grandes.