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Edimburgo y Avignon, dos rompedores que llegan a los sesenta

Decir Avignon en los ambientes teatrales es citar a la Meca, al festival de teatro internacional más importante. El Fringe edimburgués es, por contra, mucho más popular y pide para sí el título del «más grande del mundo». Ambas citas cumplen este verano ediciones con solera.

Amaia EREÑAGA | DONOSTIA

Pese a su apariencia medieval, en la que parece que el tiempo se ha detenido desde la época en la que era la capital de la Cristiandad, Avignon ostenta orgullosa el «récord» de haber sido durante seis décadas el escenario de la creación escénica más contemporánea. Su secreto: que consigue renovarse cada año. Su festival es una de las más importantes manifestaciones mundiales del arte de la escena y se prepara a celebrar a partir de hoy y durante tres intensas semanas su edición número 61. La Ciudadela de los Papas y sus alrededores acogerán durante estos días una treintena de espectáculos, la mayoría inéditos en el Estado francés -las dos terceras partes, según datos de la organización de este gran encuentro del teatro-. Otro dato: el año pasado se contabilizaron 134.000 visitantes.

Situada en la margen izquierda del río Ródano, Avignon se convierte durante unos días en una amalgama cuanto menos extraña. Residencia papal desde 1309 hasta 1377, sus calles, su muralla y sus edificios son testigos de la riqueza de la corte papal y de hechos convulsos como el gran Cisma de Occidente. Y sería únicamente una ciudad turística si hace sesenta años, en plena posguerra, el poeta René Char no hubiese presentado a Jean Vilar, primer director del festival, al matrimonio Zervos, unos coleccionistas de arte. Avignon es uno de los vértices del triángulo cultural que anima los veranos de la tranquila y luminosa Provenza; un triángulo que completan Aix-en-Provence, con su también famoso festival lírico, y la romana Arlés, sede de los prestigiosos encuentros de fotografía (los Rencontres d'Arles se prolongan hasta setiembre).

Palabras e historia

«El primer festival nació en una Francia que se reconstruía alrededor de las ideas de una solidaridad social, de un acceso a la cultura para todos, de una Europa plural y pacífica. Hoy en día, estos valores deben de ser reafirmados e incribirse en un mundo en transformación», apuntan Hortense Archambault y Vincent Baudriller, los jóvenes y actuales directores del encuentro. Pero, como sucede desde 2004, la programación de esta edición número 61 ha sido concebida junto a un «artista asociado» que, durante cuatro años, codirigirá el festival. Es Frédéric Disbach, director del Studio-Théatre de Vitry, que dirige precisamente el espectáculo con el que se inaugura esta noche el festival: «Paravents», de Jean Genet, en una visión «revisitada» por marionetas tradicionales japonesas. Disbach, que no tiene fama precisamente de ser un director convencional, se encargará a su vez del homenaje a René Char, del que se celebra el centenario de su nacimiento. La puesta en escena de sus «Feullets d'Hypnos» -fragmentos escritos por Char durante los años de la ocupación alemana- servirá también como hilo conductor de esta edición, en la que se quiere incidir en la importancia de los textos teatrales y en la belleza de la palabra.

Como es habitual, Avignon acogerá a grandes nombres de la escena europea, como el alemán Frank Castorf, director de la radical Volkbühne, de Berlín -revisa, en alemán , el «Nord» de Céline- o el polaco Krzystof Warlikoski. La gran Jeanne Moreau regresará a aquel festival en el que participó cuando era una joven y aventurera actriz, al igual que la cineasta Agnès Varda, quien expone sus fotografías teatrales en una de las innumerables exposiciones programadas durante el festival.

Con menos presencia que el teatro, la danza estará representada por dos grandes figuras alemanas: Sasha Waltz, que actúa por primera vez en el Hexágono, y Raiumund Hogue, con un homenaje insólito a la Callas, ahora que se conmemoran los treinta años de su muerte («36, avenue Georges-Mendal»). Lugar para disfrutar del teatro a todas horas, con charlas, encuentros y experiencias límites -el Théâtre du Soleil invita a pasar la tarde en su compañía e incluso a cenar con ellos-, Avignon también tiene su lado alternativo: uno, el oficial, es el «in», el otro, el de las calles, es el «off». En el «off» el planteamiento es totalmente abierto: pueden participar las compañías que lo deseen y que aprovechan, de esta manera, la presencia de programadores en el festival oficial para darse a conocer. Las actuaciones se prolongan durante todo el día.

Energía en las calles

Ese espíritu, el del «off» o fringe -significa, referido a las artes, teatro periférico o marginal en inglés- es el que se ha llevado hasta el límite en Edimburgo. La ciudad escocesa se prepara para celebrar el próximo mes de agosto los sesenta años de su Festival Fringe, un encuentro que ha adquirido mayor fama internacional que «su festival madre», el Festival Internacional de Artes Escénicas. La «ocupación» por parte de algunas pequeñas compañías de los alrededores de este último certamen en 1947 -no habían sido invitados- ha desembocado con los años en una auténtica locura y en una programación paralela y mucho más dinámica. Un ejemplo: es tal el número de espectáculos programados que atravesar una calle de 200 metros puede llevar a un espectador curioso un par de horas.

Funciona así: los grupos se inscriben y con los seleccionados, tras pasar un «casting», se confecciona la programación con unas 600 compañías. Esto no significa que el Fringe tenga poca calidad; lo cierto es que atrae a los más reconocidos artistas internacionales. Varias de las celebridades británicas se dieron a conocer en Edimburgo, como, por ejemplo, en 1981, cuando el premio Perrier de comedia le fue otorgado a un grupo llamado Cambridge Footlights, entre cuyos miembros estaban los entonces desconocidos Emma Thompson y Stephen Fry. La ganadora del Oscar encabezó años después el boicot contra este galardón, el más importante en el mundo de la comedia inglesa.

Vacaciones culturales en la atenas del norte

A la capital escocesa se la conoce también por el sobrenombre de «la Atenas del Norte» y no es de extrañar, porque en verano, y principalmente en agosto, su oferta cultural se multiplica y sus calles atraen a numerosos turistas amantes de otra clase de oferta diferente a la habitual. Lo que popularmente se conoce como Festival de Edimburgo son en realidad seis festivales que se concentran simultáneamente en la monumental capital escocesa. El Fringe es el más importante y animado, junto al oficial, el Edinburgh International Festival o festival internacional de arte escénicas (<www.eif.co.uk>), con unos mil espectáculos repartidos por toda la ciudad, entre calles y teatros, que presentan montajes a casi todas las horas del día. El festival «in», que se desarrolla entre el 10 de agosto y el 2 de setiembre, se inaugurará con el estreno de la ópera «Candide», de Leonard Berstein, una auténtica curiosidad, e incluye en su programación ópera, danza y una programación teatral centrada en los clásicos griegos... aunque no faltan propuestas rompedoras, como la versión musical y cabaretera de «Popea», por la Vienna Schauspielhaus. Además, durante agosto y setiembre Edimburgo se convierte en la sede del Festival del Libro (11 al 27 de agosto), de Cine (15 al 26 de agosto), del Festival Militar Tattoo (3 al 25 de agosto, un despliegue espectacular de bandas de gaiteros que tiene lugar en el incomparable escenario del castillo) y del Festival de Jazz (27 de julio a 5 de agosto). Y estos sólo son los más importantes, porque hay más: un festival de política, otro de espiritualidad y paz, otro de arte... Para todos los gustos. Un precioso paisaje, mucho que ver y mucha animación. A.E.

PROVENZA

En verano, Avignon, Arlés y Aix-en-Provence se convierten en focos culturales, porque, además del certamen teatral, acogen citas tan famosas como los Encuentros de Fotografía y el Festival de Ópera

VERSIONES

Frédéric Fisbach, codirector del festival durante cuatro años, dirigirá las vanguardistas versiones de dos obras de Genet y René Char. De este último, fundador del certamen, se celebra su centenario

MUCHO COLOR

El festival oficial de Avignon ocupa los teatros convencionales y algunos lugares impresionantes y repletos de historia, como el Palacio Papal, mientras que en las calles se desarrolla el festival paralelo u «off»

PREMIOS

Emma Thompson, ganadora del primer premio Perrier del Fringe, encabezó hace algunos años el boicot de varios intelectuales contra el galardón por la relación de la firma patrocinadora con Nestlé

Ficha

Festival de Avignon (sudoeste del Estado francés): Desde hoy al día 25. Programación oficial en <www.festival-avignon.com> y la alternativa y callejera en <www.avignon-off.com>. Festival Fringe (Escocia): Del 5 al 27 de agosto. Programa en <www.edfringe.com>.

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