Para las 12.00 de ayer, decenas de personas se dieron cita ante los corralillos del Gas, en Iruñea. El objetivo, ir calentando el ambiente y reunir al mayor número de gente posible para participar en la manifestación orga- nizada por PETA (Personas por el Trato Etico a los Animales). Esta asociación en favor de los derechos de los animales y la «liberación animal», organiza año tras año un sonado «encierro humano» por las calles de la capital navarra para mostrar su desacuerdo con el trato que reciben los animales en el trascurso de estas fiestas.

El animal más mencionado en dicha movilización, como no podía ser de otro modo en esta ciudad, es el toro -el grito más coreado en la marcha de ayer fue «¡toros sí, toreros no!»-, a quien «se fuerza a correr aterrorizado por las calles antes de ser asesinado en la plaza de toros en la corrida de la tarde», recordaron. El objetivo de la manifestación de PETA es, según apuntó uno de sus portavoces, «convertir en una reliquia del pasado este terrible espectáculo».

Tras cerca de una hora calentando el ambiente a ritmo de la charanga que entonaba ritmos de samba, los manifestantes comenzaron su andadura que les llevaría hasta el coso pamplonés a las 13.00, acto seguido a la apertura de la barrera de contención por parte de la Policía española. Esa barrera casaba muy bien, además, con los carteles que portaban los manifestantes en diferentes idiomas instando a ponerse «en la piel del toro».

Sin abusar con la desnudez

Un portavoz de PETA señaló como novedad de esta edición el hecho de que el Ayuntamiento de Iruñea les haya otorgado el permiso «muy rápido» y «no lo haya condicionado» a la prohibición de ir totalmente desnudos, tal y como hizo en anteriores ediciones. Sin embargo, el portavoz añadió que PETA recomendó a sus seguidores «no abusar con la desnudez», ya que en su opinión Iruñea es «una ciudad muy conservadora». Por ello, aunque algún desnudo integral sí que hubo -sólo con un pañuelo o con una pequeña faja-, la mayoría de los participantes hizo la marcha en ropa interior, blanca y roja en su inmensa mayoría. Por lo tanto se puede afirmar que fueron los primeros en (des)vestirse con los colores sanfermineros.

La marcha trascurrió de forma muy alegre y ante la atenta mirada de cientos de personas -hubo incluso quien comparó la expectación del acto con la del encierro-, y decenas de medios de diversos países. Tras finalizar en el callejón de entrada a la plaza de toros a gritos de «esta plaza la vamos a cerrar», los convocantes confiaron en que «muy-muy pronto acabaremos con esta fiesta tan cruel».

Pero no fue PETA la única en manifestarse, ya que en la misma marcha también participaron miembros de la Sociedad Protectora de Animales y del grupo Todos Somos Animales, además de numerosas personas a título individual.