La sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que responsabilizó ayer a Rusia por graves violaciones durante la segunda guerra en Chechenia se refiere al caso de Rouslan Alikhadziev, presidente del Parlamento checheno entre 1997 y 1999, que fue detenido en 2000 por agentes del Estado ruso.

La desaparición de Alikhadziev tuvo lugar el 17 de mayo de 2000, cuando varios hombres armados vestidos de camuflaje se presentaron en su domicilio familiar, en Chali, para detenerlo junto a cuatro vecinos. A todos se los llevaron con los ojos vendados hacia un destino desconocido.

Un funcionario del Ejército ruso confirmó algunos días más tarde que Alikhadziev, conocido por sus posiciones antirusas, había sido arrestado en una operación especial llevada por las fuerzas de seguridad, declaración que algunos meses más tarde fue desmentida por las autoridades, que indicaron que había sido secuestrado por un grupo armado desconocido y ejecutado en agosto de 2000.

Búsqueda inútil

La investigación abierta a raíz de su desaparición se suspendió una decena de veces y sus allegados emprendieron la búsqueda, pero todas sus indagaciones resultaron inútiles.

El Tribunal se muestra en su sentencia «vivamente preocupada» por el fenómeno de las «desapariciones» en Chechenia. Destaca, además, que ninguna de las medidas que se recomiendan para la realización de una investigación efectiva se habían adoptado durante el período crucial de los primeros días siguientes al arresto.

«Debe suponerse que el sr. Alikhadziev murió tras su detención», explican los jueces, para quienes «la responsabilidad debe imputarse a las autoridades rusas», que «no han proporcionado ninguna explica- ción plausible» sobre la suerte de Rouslan Alikhadziev ni dónde pudiera encontrarse en el caso de estar vivo.

El Tribunal europeo concluye que la desaparición forzosa de Alikhadziev y la ausencia de una investigación eficaz violan los artículos 2.5 y 13 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales.

Trato «inhumano»

Condenó también Rusia por el tratamiento «inhumano» dado a la demandante, la madre de Alikhadziev, a quien deberá pagar 40.000 euros por «daño moral».

Rouslan Alikhadziev se fue conocido en octubre de 1997 cuando declaró que Chechenia no firmaría jamás un documento que volviera a poner a la república caucásica bajo la autoridad de Rusia.

Amnistía Internacional (AI), tras conocer la sentencia, instó a las autoridades rusas a cumplir «cabalmente y sin demora» las conclusiones del Tribunal que, según destacó, demuestran graves violaciones a cargo de las fuerzas federales rusas y una sistemática falta de voluntad de investigarlas.