A Mikel Gastesi, concejal de Pamplona le dejaron el ojo a la funerala por sacar la ikurriña al balcón del Ayuntamiento. Mientras la txupinera profesional más dicharachera lanzaba el cohete, la Policía Municipal que todos pagamos, y algún espontáneo de UPN, agredían, es un decir, a otros ediles para arrebatarles la bicrucífera.

Algo normal: policías municipales agreden a concejales ¿o no? En Iruñea lo llaman forcejeo. Y como cosa normal, al parecer de nuestras autoridades, yo lo propondría como acto en el programa sanferminero. Sabido es que en Iruñea una cosa dos veces repetida se convierte en tradición. Y puestos a forcejear, forcejeemos todos. No me parece justo ni democrático que sólo se lo pasen bien los de ANV. Los de UPN, a pesar de que el que suscribe no sea partidario de su política, tienen derecho al forcejeo. Son tan ediles como los otros, les eligieron en las urnas ¿Quién, desde una posición equitativa, les puede negar un sano forcejeo?

Al principio quizás cueste un poquito. Pero vencidas las primeras resistencias al contacto físico, fruto de años de represión judeocristiana y de prejuicios ideológicos que nos separan (¡al fin y al cabo estamos en fiestas, qué caramba!) todo vendrá rodado. Las gentes de izquierda forcejearán con las gentes de derechas, los obreros con los patro- nes, los creyentes con ateos y agnósticos. Incluso a los de Nabai ya no les parecerá un hecho «lamentable» y se unirán a la juerga. Y mira tú por donde, con este divertimento, igual conseguimos el anhelado cambio en Navarra.

Habrá que poner unas reglas, que los hay muy brutos en nuestra tierra. El límite, como parece que está bien, será un ojo a la funerala del contrario, excepto en el caso de los tuertos como es natural, para los que habrá que habilitar normativa ad hoc. Los muy miopes podrán arrear dos guantazos como medida preliminar al forcejeo en sí. Lo bien que lo va a pasar nuestro obispo Sebastián. Y después sus feligreses del Mutiko.

¿Y la Alcaldesa? Yolanda al fin será de todos los pamploneses y pamplonesas. Se unirá a sus ciudadanos en un forcejeo que le dejará un recuerdo inolvidable. Y entre forcejeo y forcejeo, un cohete de la Yoli.

Serán los sanfermines más participativos de la historia. Democracia directa en estado puro.