Tenis Wimbledon
Williams sigue su idilio con la hierba
La estadounidense batió a la francesa Marion Bartoli en apenas hora y media y logró el cuarto título en su sexta final en Londres
LONDRES
La estadounidense Venus Williams sumó ayer la cuarta bandeja de plata de su carrera después de vencer en dos cómodos sets a la francesa Marion Bartoli por 6-4 y 6-1, en una hora y treinta minutos. Con esta victoria, se sitúa como la mejor tenista sobre hierba del momento.
La norteamericana se puso pronto por delante en la final tras un juego en blanco, rotura en el siguiente tras una doble falta de Bartoli y servicio ganado en el tercer juego. Tres a cero en menos de quince minutos.
Mientras Williams ganaba su saque con facilidad con juego y red, Bartoli trataba de vencer desde la línea de fondo, pero ahí también era superior la estadounidense.
A los 20 minutos, delante de su ídolo Pierce Brosnan, la gala, una desconocida de 22 años, se hacía con su primer juego de un una final del Grand Slam. Bartoli comenzó a sentirse cómoda en los intercambios y devolvió el break a la californiana para empatar a tres juegos con su servicio.
El partido subía de nivel. La a la postre ganadora ascendía a su vez un peldaño en su juego y al sacar. La hermana mayor de las Williams comenzó a soltar servicios de hasta 200 kilómetros por hora. Seguía ganando en la red y además sumaba en los peloteos que antes eran para Bartoli. Así las cosas, Williams se puso 5-4 y servicio para su rival, que acumulaba hasta entonces tres dobles faltas.
Ritual a la hora de sacar
La francesa cumple siempre con un ritual antes de sacar. Pide dos bolas, descarta una de ellas, da un pequeñísimo esprint, un par de saltitos y fija el pie para sacar. Ahí, sin botar la pelota, coloca la muñeca en un ángulo de casi noventa grados y sirve. La diferencia entre el saque de Williams, al que ella misma califica de «arma», y el de la francesa es de más de 20 kilómetros por hora. Y ayer, sobre el pasto de la «catedral», se comprobó que son dos calibres totalmente diferentes.
Con 15-40, Bartoli cometió su cuarta doble falta de la primera manga en el peor momento. Set para Williams en 45 minutos. Entre juego y juego, la francesa siguió con sus rituales. Saltó constantemente y dio raquetazos imaginarios con la pista a sus espaldas y dio cara al palco real, en el que se encontraba el ex agente secreto Pierce Brosnan, un actor que le inspiró en la semifinal del viernes ante Justine Henin, según reconoció la propia jugadora.
El segundo set comenzó siendo un calco del primero. Williams se puso 3-0 en unos minutos. Ahí ambas jugadoras necesitaron asistencia médica. La francesa se recuperó pronto. Williams, con dolores en un abductor, necesitó un vendaje en su pierna izquierda.
En la reanudación, Williams pasó por encima de la francesa, que únicamente pudo hacer un juego. Con 5-1, acumuló dos bolas para llevarse el campeonato. Perdió la primera pero se adjudicó la segunda.
Al término del partido, Williams agradeció a su familia y entorno el apoyo. «Serena me inspiró, yo quería ser como ella. Te quiero mamá. Y por supuesto mi padre. Mi familia sabe por lo que he pasado», señaló.
Además, agradeció a la organización el reparto igualitario de premios, gracias al cual se ha embolsado las 700.000 libras del ganador -más de un millón de euros-. La estadounidense venció así en Londres en la primera edición de la historia en la que las mujeres ganaron el mismo premio que los hombres.
Con su triunfo de ayer, Williams suma su cuarto Wimbledon en seis finales y su sexto título del Grand Slam para devolver el trofeo del más antiguo torneo del mundo a los Estados Unidos. Ya lo anunció hace dos semanas. «En los Estados Unidos es donde debe estar», remarcó la otra tenista de la saga de los Williams mucho antes de disputarse la final.
Venus Williams se apoyó en su servicio a la hora de realizar un buen número de tantos ganadores. La estadounidense llegó a sacar a 200 kilómetros por hora.
La hermana de la ganadora, la también tenista Serena Williams, anunció hace dos semanas que «en Estados Unidos es donde debe estar» el trofeo de Wimbledon.
El suizo Roger Federer y el mallorquín Rafa Nadal volverán a verse las caras en otra final (15.00, Cuatro), en esta ocasión en la hierba de Wimbledon. El número uno del mundo tratará de quitarse la espina de la final del Roland Garros, en la que perdió contra el balear, segundo cabeza de serie.
Federer alcanzó por quinta vez consecutiva la final de Wimbledon tras vencer ayer en menos de dos horas al francés Richard Gasquet por 7-5, 6-3 y 6-4. El jugador francés, duodécimo favorito y que protagonizó una de las sorpresas del torneo al vencer a Andy Roddick en cuartos de final, tuvo sus opciones en el primer set. Con 5-4 a su favor y saque para el helvético, se puso 15-40. Federer había cometido varios errores no forzados y no subía a la red con comodidad. Peligraba el set.
Entonces, el número uno tiró de recursos para salvar esa pequeña crisis. Un «ace» y saque y red le devolvieron al juego, que se adjudicó finalmente, y al set, que se llevó en su primer punto de set. Ahí se acabó el choque, ya que el suizo no dio opciones a su rival en las dos siguientes mangas.
Rafa Nadal, por su parte, se colocó en la final por segundo año consecutivo al retirarse el serbio Novak Djokovic con una lesión en el dedo meñique del pie izquierdo en el quinto juego del tercer set, tras una hora y 41 minutos de juego. El serbio había vencido el primer set por 3-6, pero el jugador mallorquín logró dar la vuelta al partido en la segunda manga, que rubricó por 6-1.
Nadal acababa de romper el saque de Djokovic en el tercer parcial cuando el serbio abandonó con el marcador en 3-6, 6-1 y 4-1. Como le pasó con el ruso Mikhail Youzhny, el número dos del mundo comenzó dando traspiés en el primer set, aunque luego se recuperó y derrotó a su rival aprovechando la lesión de éste.
Al término del choque, Nadal afirmó que llega a la final «físicamente bien» y anunció que «luchará al cien por cien» contra Federer. El suizo, en cambio, comentó que en sus enfrentamientos en tierra con el balear tenía la sensación de que Nadal «está siempre en el asiento del conductor», un situación que se invierte, dijo, cuando se miden en hierba.
El número uno indicó que la forma en la que ambos se habían metido en la final había sido totalmente diferente. «El año pasado jugué de forma increíble durante todo el torneo, no cedí un solo set, y tuve un cuadro increíblemente duro. Jugué contra Nadal y llegué con muchísima confianza», dijo.
