Los bombardeos indiscriminados que llevan a cabo las tropas de la OTAN para hacer frente a la ofensiva talibán en Afganistán han vuelto a causar una masacre en el oeste del país, según denunciaron ayer fuentes locales. Más de un centenar de civiles murieron el viernes en un bombardeo de las fuerzas de la Alianza en la provincia de Farah, según señalaron, aunque este extremo fue desmentido por la comandancia estadounidense en Afganistán.

Sin embargo, Haji Rahim, uno de los ancianos de Bala Luk, afirmó que el bombardeo se registró el viernes en esta localidad, después de que sus habitantes se enfrentaran con fuerzas terrestres de la OTAN a las que querían impedir su entrada en el pueblo. El gobernador de Farah, Haji Mohiuddin, confirmó los enfrentamientos en la zona, pero no pudo precisar si se registraron bajas entre sus habitantes.

No había insurgentes

De acuerdo con el relato de Rahim, 108 civiles, incluidos mujeres y niños, y 14 policías afganos murieron en Bala Bluk, donde fueron arrasadas una veintena de casas. Éste mantuvo que en el pueblo no había insurgentes talibán.

La comandancia de las fuerzas en Afganistán fuera del mando de la OTAN confirmó que se registraron «hostilidades» en la zona, pero descartó que se huieran producido bajas civiles.

Según su versión, una patrulla de soldados y policías afganos fue atacada desde una posición fortificada por insurgen- tes que emplearon granadas, ametralladoras pesadas y armas ligeras. El ataque, según la misma fuente, recibió respuesta desde tierra y por aire, con «bombardeos de precisión»,, y la comandancia cifró en una treintena el número de talibán fallecidos. El portavoz de la comandancia, Chris Belcher, dijo que el comandante a cargo del ataque «evaluó cuidadosamente el riesgo de daño colateral» y aseguró que «muchos objetivos no fueron bombardeados o tiroteados debido a las precauciones adoptadas para no causar daños colaterales».

También el viernes, al menos una docena de civiles fallecieron en otro bombardeo de las fuerzas invasoras en la zona de Wata Pur de la provincia oriental de Kunar, según señaló su gobernado, Shalizai Dedar, aunque un líder tribal elevó la cifra a una treintena. De acuerdo con Dedar, las bombas mataron también a más de 20 talibán.

En una nota, el Ministerio afgano de Defensa, precisó que en Kunar murieron 37 talibán y cuatro civiles. «Nuestros informes preliminares muestran que todos los muertos en los combates eran militantes» talibán. Añadió que los cuatro civiles fallecieron como consecuencia de la explosión de una mina al paso de su vehículo.

La Fuerza de Asistencia para la Seguridad de la OTAN (ISAF) confirmó los enfrentamientos, pero rechazó la existencia de víctimas civiles. Según la ISAF, que perdió dos efectivos, las fuerzas de la OTAN respondieron a fuego enemigo tras ser atacadas en unas zona próxima a la aldea de Asadabad y recibieron apoyo aéreo.

Responsables estadounidenses y de la OTAN sostienen que milicianos talibán amenazan a los residentes para que denuncien la muerte de civiles en sus ataques.