Salgari se abre paso entre la vegetación lujuriosa. Sus zapatos de charol se hunden en los cenagosos manglares. El mostacho húmedo le yace medio risueño y su canotier quiere volar con un ala rota. La espesura filtra rayos naranjas que adivinan la caída del telón nocturno. En la playa quedó, varada, su goleta artillada. Allá, en la espesura, acechan ojos felinos.

Pertenezco a la última generación de lectores de Salgari. Después, el espectáculo recluyó la aventura en un parque temático. Un escritor fundamental que novela su biografía y funde relato e historia. Cuentan que no llegó a capitán y que su experiencia marinera fue limitada. Sin embargo, el autor testimonia que sus personajes tienen base real y que los conoció en sus viajes a lo largo y ancho de los océanos.

Salgari recorre un laberinto de islas entre Siam y Borneo. Guerra sin cuartel al inglés. James Brooke, el rajá blanco de Sarawak, es el mortal contrincante del Tigre de la Malasia... Sandokán: Un príncipe que -acompañado por Los Tigres de Mompracem, el fiel Sambigliong y un sarcástico dandi portugués llamado Yañez- se declarará en rebeldía tras ser desposeído por el pérfido colonialismo. En la trama el protagonista queda prendado de la Perla de Labuán, hija de un Lord enemigo, desencadenándose un azaroso amor que le llevará a batirse hasta doblar las rodillas del Imperio.

Oro español. Pabellón negro. Los hermanos de la Costa disponen leyes igualitarias y un bastión en La Tortuga. El señor de Ventimiglia se echa a la mar con patente de corso, para vengar la afrenta causada contra su estirpe por el felón Wan Guld, Gobernador de Maracaibo. Un serial ambientado en una América poblada de euskaros, que tomarán la plaza de Gibraltar con Miguel el Vasco y hablarán vizcaíno como el camarada Carmaux. La ironía hará que, entre tifones y abordajes, el Corsario Negro se enamore de Honorata, hija de su irreconciliable antagonista, con quien tendrá a Yolanda, que surcará con Morgan las Antillas bucaneras. La saga proseguirá con el sobrino del triste pirata, hasta diluirse en el crepúsculo de la filibustería.

Aventuras entre los pieles rojas de la pradera, En las fronteras del Far-West. Cuentos marineros de Mastro Catrame, naufragios y Un drama en el Océano Pacífico. Salgari, al modo de Verne, nos guía Dos mil leguas por debajo de América en busca de tesoros incas. Su agencia organiza viajes A través del Atlántico en globo o en velocípedo al continente Austral. Manuales para aventureros aficionados que buscan a La jirafa blanca o La cimitarra de Buda y hallan leones en Damasco y bandidos en el Rif.

Puccini, Sergio Leone o García Márquez son sus incondicionales. Taibo II dirá que el antiimperialismo del Che era salgariano en sus orígenes. Galeote de las aventuras y constructor de arquetipos románticos, Salgari denuncia que trabaja a destajo para editores sin escrúpulos. Encadenado a una cuartilla blanca, bandea con ritmo vertiginoso las inclemencias sociales, anticipándo- se a la narrativa actual, al cine y al cómic. Su amada Aida cae en la locura. Salgari saluda rompiendo su pluma. Un puñal ofrenda sus entrañas al cielo de San Martino.