Un juzgado burgalés ha condenado a un guarda jurado de la central nuclear de Garoña por «coacciones y vejaciones». Los hechos se remontan el 26 de enero de 2006, cuando el acusado persiguió al responsable de la campaña de energía nuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, que viajaba en su vehículo hacia Briviesca. La persecución continuó hasta que el denunciante llegó al cuartel de la Guardia Civil de Trespaderne, donde el penado pasó de largo. El juzgado le ha condenado a una multa de 180 euros, con 10 días de privación de libertad en caso de impago, e imposición expresa de las costas procesales. Greenpeace ha valorado «muy positivamente» la sentencia, que considera ejemplar, al considerar que «avisa contra la tentación de llevar acabo prácticas intimidatorias».