«Este servicio está concebido para ayudar a la que llamamos generación de las familias bocadillo, que deben ocuparse al mismo tiempo de sus hijos y de sus padres», explica Victoria Sopik, presidente de Kids & Company, la firma que ha puesto en marcha esta iniciativa que ha sido acogida de forma positiva por una serie de grandes empresas del oeste de Canadá que ya ofrecen este servicio a sus empleados.

Los promotores de la idea, que explotan una decena de guarderías para niños, abrieron en enero la primera para atender ancianos en Calgary, ciudad en pleno augen económico y donde se ubican un buen número de compañías que explotan las arenas bituminosas de Alberta. Pero el proyecto no obtuvo el éxito previsto.

Acuerdos

Para garantizar el servicio, Kids & Company se asoció con un centro de pensionistas de un suburbio de Calgary cercano a una de sus guarderías y, posteriormente, firmó acuerdos con el Banco Real de Canadá, el gabinete de auditores Deloitte, las empresas petroleras BP Canadá y Nexen y el especialista en gaseoductos Enbridge, para que sus empleados puedan dejar a sus padres durante una o más jornadas laborales en la guardería.

Estas compañías pagan cien dólares al día para que sus empleados puedan dejar a sus padres en la guardería durante un día de trabajo. Los trabajadores no tienen que pagar nada si utilizan el servicio en tres ocasiones y participan en los gastos si el número de días aumenta.

«Queremos ayudar a nuestros empleados a encontrar un equilibrio entre su vida y el trabajo (...) y pensamos que cada vez es más evidente la necesidad de atender a las personas de edad avanzada», señala Colin Merrick, de Deloitte.

Aproximadamente 1.700.000 ciudadanos de Canadá de entre 45 y 64 años se ocupan de sus padres ancianos, con graves enfermedades y movilidad limitada, según un reciente estudio. Y más del 70% trabajan a diario.

Pero ni la relativa gratuidad propuesta por Kids & Company ni la creciente necesidad de un servicio que atienda a las personas mayores a convencido, por el momento, a los jubilados de Calgary. Ninguno forma parte de este programa específico de Kids & Company.

«No hay tanta gente que utilice este servicio como pensábamos al principio. La mayoría de los que contactan con nosotros preguntán cómo funciona la guardería en caso de que tengan necesidad para sus padres», admite Sopik, madre de ocho niños. Merrick apunta que «ninguno de nuestros empleados ha utilizado hasta ahora este servicio de guardería.

Sin embargo, pese a la tímida acogida, las grandes empresas siguen apostando por continuar con la experiencia. «Nuestros empleados dijeron que eran muy felices de tener acceso a este servicio, que les da tranquilidad, ya que si en algún momento pasa algo con sus padres, saben que la guardería está disponible», asegura Merrick.

Tras Calagary, Kids & Company pretente extender su iniciativa a otras ciudades, como Toronto y Montreal.