La guerrilla de los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE) confirmaron ayer que su último bastión en el este de Sri Lanka, en el área boscosa de Thopigala, se encuentra en manos gubernamentales, lo que significa su práctica desaparición de la provincia. Sin embargo, aseguró que mantendrá sus actividades guerrilleras contra objetivos militares y estratégicos no sólo en la zona sino en todo el país.

«Una cosa es obtener el control de grandes áreas y otra, mantenerlas libres de ataques y violencia», indicó el líder de los guerrilleros, S.P. Tamilselvan, añadió que retomar el alto el fuego alcanzado en 2002 es imposible, a menos que el Gobierno deje de violar el acuerdo, lo que obligaría a las tropas militares a retirarse del territorio tomado en el este.