Garzón envía a prisión a tres de los cuatro detenidos en Araba
Tres de los cuatro detenidos por la Policía española el pasado martes en Gasteiz fueron enviados a la prisión española de Alcalá Meco. Por su parte, el vecino de Gasteiz Urko Arroyo quedó en libertad. A pesar de que durante el período de incomunicación los jóvenes pudieron ser visitados por un médico de su confianza, los cuatro denunciaron haber sufrido amenazas policiales, especialmente durante el traslado entre la capital alavesa y Madrid.
GARA |
El juez de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzón ordenó ayer por la tarde el ingreso en prisión de Gorka Belasko, Koldo Moreno y Xabier Fernandez de Gamarra. Todos ellos detenidos por la Policía española madrugada del pasado martes. Por su parte, Urko Arroyo, detenido en Agurain en el marco de la misma operación quedó en libertad, aunque con medidas cautelares.
Ahora, los tres jóvenes alaveses serán enviados a la cárcel de Alcalá Meco. La Fiscalía española les acusa de haber participado en un total de 40 sabotajes registrados en Araba. Junto a ello, se les imputa formar parte del «nucleo dinamizador de la kale borroka en Araba». Aún así, al cierre de esta edición se desconocía todavía el auto emitido por Baltasar Garzón.
La operación policial estuvo marcada por la brutalidad policial en los registros, que afectó también a los familiares y allegados de los detenidos. Así, según denunció el movimiento pro amnistia, los arrestos se produjeron con violencia, ya que «la Policía golpeó, encañonó e incluso esposó» a los que estaban junto a los detenidos.
En el caso de Urko Arroyo, cuando éste fue detenido, su compañera «fue golpeada, obligada a estar tumbada y esposada mediante una cuerda». El propio Arroyo tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario debido a una dolencia que tenía en el codo. Algo similar ocurrió con Koldo Moreno a quien tuvieron que realizar unas placas por una afección en el neumotórax que padecía desde antes de la operación policial, mientras que Gorka Belasko sufría de una gastroenteritis. Las hospitalizaciones de los jóvenes creó confusión, especialmente cuando se supo que a uno de los jóvenes lo introdujeron en el centro sanitario «con una capucha en la cabeza».
Los efectivos policiales también irrumpieron en los domicilios de Patxi Lomas e Ibai Peña.
En el caso de esta última vivienda, la madre de Peña, Sorne Balantzategi, relató a GARA la brutalidad con la que actuaron los policías. Tanto que ella misma llego a ser golpeada, lo cual le causó heridas en la cara y extremidades y destrozaron varias de las pertenencias del inmueble.
Visita médica
Durante el tiempo en el que han estado incomunicados, los cuatro jóvenes han podido recibir la visita de un médico de confianza. La facultativa Matti Iturralde atendió a los cuatro arabarras y señaló a GARA que estos se encontraban «bastante tranquilos» y con un estado de ánimo acentuado al ver a alguien conocido, y señaló que no mostraban síntomas de maltratos. En un primer momento, los policías trataron de estar presentes durante el reconocimiento a los cuatro jóvenes alaveses, pero finalmente no pusieron ningún impedimento a que sólo estuvieran presentes el médico de confianza y el forense.
A pesar de ello, según informaciones de Euskal Telebista, ayer mismo, uno de los jóvenes denunció haber sufrido amenazas y malos tratos durante el traslado desde Gasteiz hasta Madrid. Los otros tres detenidos, han asegurado haber sufrido amenazas durante el mismo trayecto.
Las visitas médicas respondieron a que el juez Garzón accedió a aplicar las medidas solicitadas por la defensa de los jóvenes.
Según informaciones policiales, los jóvenes fueron objeto de pruebas de ADN para poder cotejarlas con las que supuestamente recogió la Ertzaintza en los escenarios de varios sabotajes ocurridos en Araba.
A pesar de que los jóvenes pudieron recibir la visita de un facultativo de confianza durante el tiempo que duró la incomunicación, los cuatro denunciaron haber sufrido amenazas durante el traslado de Gasteiz a Madriid.