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FÓrmula uno

La lluvia permite a Alonso colocarse a sólo dos puntos del liderato

El piloto asturiano fue quien sacó mayor partido de las inclemencias meteorológicas en el Gran Premio de Europa disputado en el circuito alemán de Nürburgring. Con su pericia al volante, Alonso demostró que se mueve como pez en el agua, y nunca mejor dicho, cuando el asfalto se humedece. Esta tercera victoria de la temporada del de McLaren trae consigo que el mundial de pilotos se apriete muchísimo, colocándose a sólo un par de puntos de Hamilton.

Natxo MATXIN | IRUÑEA

La lluvia fue la mejor aliada de Fernando Alonso (McLaren) para reducir de manera más que considerable la diferencia que le separaba con su compañero de equipo, Lewis Hamilton, en la clasificación de pilotos. El asturiano está ya a sólo dos puntos del liderato tras triunfar en una jornada en la que todo le salió de cara.

La inesperada aparición del fenómeno meteorológico instantes después de darse la salida en el Gran Premio de Europa convirtió la carrera en una especie de camarote de los hermanos Marx, con múltiples salidas de pista, consecuencia de que las escuderías habían colocado de inicio neumáticos para firme seco. Tal fue el caos circulatorio que la organización se vio obligada a sacar a pista al safety car y ondear la bandera roja. Lo más llamativo, rozando la ilegalidad, fue ver cómo Hamilton, al que finalmente los responsables médicos de la FIA le permitieron competir desde la décima posición, era devuelto al circuito mediante una grúa tras salirse de la calzada.

Winkelhock, líder

Lo surrealista de la situación provocó que el debutante Markus Winkelhock (Spyker) -el piloto alemán salió el último en la parrilla de salida- partiera entonces como primero en la reanudación controlada de la carrera, con el consiguiente jolgorio de la afición local, por delante de Massa, que había adelantado a Alonso en la primera salida, y del piloto asturiano, colocado en la tercera posición.

Pero la suerte del principiante le duró muy poco al germano, que se mantuvo al frente de la carrera por espacio de cinco vueltas, para ser posteriormente superado con facilidad por sus dos experimentados perseguidores. Detrás de ellos, los Red Bull de David Coulthard y Webber, así como los finlandeses Heikki Kovalainen (Renault) y Kimi Raikkonen (Ferrari) esperaban al acecho.

Mucho más atrás, Hamilton -desde la última plaza tras la reanudación de la prueba, aunque indultada su pérdida de vuelta por la salida del safety car- trataba de recuperar posiciones con un pilotaje agresivo que a punto estuvo de costarle un serio disgusto, pues volvió a salirse de la pista poco después.

Una vez que remitió el temporal y la pista se fue secando, el nuevo cambio de neumáticos favoreció a las aspiraciones de Massa, que comenzó a escaparse sin oposición. Los Ferrari demostraban defenderse mejor sin humedad y Raikkonen fue remontando plazas hasta colocarse al acecho de Alonso.

Nuevos problemas mecánicos

Pero, a mitad de carrera, los contratiempos para la escudería del cavallino rampante comenzaron a aparecer en forma de problemas mecánicos. El piloto finlandés se vio obligado a aban- donar por este motivo, algo que le ocurre por tercera vez en este circuito, y no pudo encadenar tres triunfos consecutivos, una marca que se le viene resistiendo a Iceman.

Eliminado Raikkonen, a Ferrari le quedaba el consuelo de mantener su ultima racha victoriosa con su otro piloto. Massa llegó a distanciar a Alonso hasta en ocho segundos, gracias a su inalcanzable ritmo, y su triunfo parecía cantado, pero a falta de siete vueltas para el final la lluvia volvió a hacer acto de presencia.

Los pilotos se vieron obligados nuevamente a cambiar sus neumáticos, pero el asturiano fue el mayor beneficiado por la nueva situación. Sacó partido de su pericia al volante y le bastaron dos giros para recuperar la distancia con Massa y superarle en una maniobra en la que ambos coches llegaron a tocarse, lo que provocó los posteriores reproches del brasileño.

Afectado por el golpe moral, el de Ferrari, cuyo único consuelo fue el de firmar la vuelta rápida de este gran premio a casi doscientos kilómetros por hora de media, dejó marcharse a Alonso, que abrió al final una brecha de hasta ocho segundos y más de un minuto con respecto a Webber, que cerró el podio.

El piloto asturiano, que pidió perdón en la rueda de prensa, tuvo antes sus más y sus menos con Massa

El adelantamiento de última hora de Alonso sobre Massa provocó un altercado verbal entre ambos pilotos en los momentos previos de acceder al podio de ganadores. En primera instancia, fue el piloto asturiano quien le recriminó al de Ferrari que le hubiera tocado durante la maniobra, momento en el que el brasileño le reprochó que no había sido limpio a la hora de realizar la pasada.

Fruto de los nervios provocados por la electrizante carrera vivida, el incidente no pasó a mayores. Así, ya más calmados, en la comparecencia ante los medios de comunicación, Alonso pidió perdón a Massa por su actitud al manifestar que «estaba muy caliente después de la carrera». El carioca también quiso zanjar la polémica: «Estaba un poco nervioso. Fernando se disculpó y ya está todo arreglado».

Ya centrado en la carrera en sí, el asturiano la calificó de «loca» y reconoció encontrarse «doblemente contento» por el «bocado» obtenido en la clasificación. «He recuperado lo que perdí en Canadá y Magny Cours -en ambas pruebas quedó en séptima posición- gracias a esta carrera un poco loca», manifestó.

«Ha estado llena de trampas en la que cualquier fallo, cualquier pérdida de concentración, te hacía acabar en la gravilla y perder la carrera. Por eso, cuando consigues ganar te queda un buen sabor de boca. Era muy difícil hacer las 60 vueltas en unas condiciones tan cambiantes», explicó.

Sobre su especial habilidad para pilotar sobre agua, Alonso recordó las ocasiones en las que «de niño, lo he tenido que hacer. La mitad de las carreras en Asturias son sobre lluvia». En cualquier caso, admitió que «si el coche no va bien y los neumáticos no están en perfecto estado... En agua se multiplica por diez lo que le puede pasar a un coche. Si en seco pierdes dos décimas por no llevar la presión adecuada, en agua pierdes un segundo y pico. Tiene que estar todo perfecto», indicó.

Por su parte, Felipe Massa admitió que se quedó «con un sabor amargo» tras dejar escapar la carrera cuando ya prácticamente la tenía en su mano. «El segundo puesto me deja un poco de sabor amargo porque hice una gran carrera hasta que al final comenzó a llover. Con los neumáticos para agua comencé a notar unas vibraciones que hicieron que el coche perdiera todo su equilibrio», aclaró.

«Con la pista seca pude alejarme de Alonso porque el coche se comportó muy bien, pero la lluvia lo echó todo por tierra», agregó. Lo positivo para el piloto brasileño es haber recortado ocho puntos sobre Hamilton «porque quedan muchas carreras y tengo que coger confianza».

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