BOUYGUES TELECOM El equipo francés tiene uno de los presupuestos más altos y no ha conseguido ninguna victoria en el Pro Tour
Bernaudeau: «Nosotros queremos ganar, pero no a cualquier precio»
El manager del equipo de La Vendee es el más duro en sus críticas a los directores y corredores que relaciona con el dopaje y señala que recurrir a él es «un egoísmo terrible porque los padres no dejarán a sus hijos practicar el ciclismo y será el final de este deporte»
Joseba ITURRIA | ENVIADO ESPECIAL
El manager del Bouygues Telecom, Jean Rene Bernaudeau, se sitúa en la lucha por un ciclismo limpio «en la línea dura. Los profesionales tienen la obligación de hacer feliz a los jóvenes, la victoria es necesaria, hay que soñar con ella, pero las consecuencias si hay dopaje son catastróficas porque los padres no dejarán a sus hijos practicar el ciclismo y eso puede suponer el final de este deporte. Es un egoísmo terrible».
«Yo no me he dopado y tengo una vida extraordinaria. En siete u ocho años, el ciclismo debe tener una buena salud y entonces pasaré a un segundo plano. Sólo me queda eso para que mi vida sea satisfactoria. Es lo único que me mueve, no el dinero. Yo y mi familia tenemos unos negocios que nos van bien y no hago esto por dinero. Soy un dirigente, pero ante todo soy un padre que no quiere que sus hijos estén en un mundo donde el éxito se busque a cualquier precio. Nosotros queremos ganar, pero no a cualquier precio».
Bernaudeau tiene dos hijos ciclistas. Giovanni, de 23 años, corre en su equipo profesional y Mathieu, de 19, en el amateur y alega que lucha porque puedan vivir en un mundo sin dopaje. Tiene la impresión de que todavía lo hay y habla de «ladrones porque roban la gloria, los resultados y, sobre todo, el dinero. Es una fatalidad, consecuencia de una falta de educación. Lloro cuando veo su egoísmo. Es terrible, deberían mirar la cara de los jóvenes para ver el mal que hacen. El drama es que los niños dejen de competir por eso».
El impulsor del Vendee U
Bernaudeau fue un buen ciclista. En su debut profesional acabó tercero una Vuelta con 22 años y al año siguiente fue quinto en el Tour y tercero en el Mundial, pero añora su etapa amateur: «Con 18 años estuve en el equipo Systeme U con un director que era como mi segundo padre. Fui sexto en los Juegos de Montreal, luego estuve once años de profesional y cuando me retiré pensé que no había equipos amateurs como el que conocí y mi idea fue crear uno para dar a los jóvenes la oportunidad que tuve yo».
Así fundó el Vendee U en 1991, el equipo amateur francés más importante de las últimas décadas, del que se nutre el Bouygues. Creó una asociación que impulsaba a los jóvenes a compaginar deporte y estudios y en el 2000 dio el salto a profesionales con el patrocinio de Bonjour, al que luego sucedió La Boulangere y ahora la empresa de telecomunicación, con la que tiene contrato hasta el final del 2008. El amateur sigue su línea y este año ganó la París Roubaix de la categoría y el Tour de Vaurcluse con profesionales.
Ante el enfrentamiento entre los equipos franceses con Caisse d'Epargne y Saunier Duval, Bernaudeau niega que tenga nada contra los españoles, pero insinúa sin poder probarlo que es anormal el nivel de ambos.
«Tengo a Florencio y está contento. Hay muchos españoles como él bien educados y que respetan las reglas, pero en la Vuelta al País Vasco de este año se ha visto algo increíble, irreal, con dos equipos -dice por Caisse d'Epargne y Saunier Duval- que tengan tanta diferencia. Eso no es normal y los que ven la tele dicen que aún hay problemas en el ciclismo. Cuando pasan primeros siete corredores de un equipo por un alto... Sólo he visto eso en el Galibier con el de Armstrong y ahora sabemos por qué. Lo normal es que un equipo ruede y se aparten poco a poco los ciclistas conforme hacen su trabajo. Como eso no es posible, los equipos que más ganan no son más populares. Mi equipo no ha ganado ninguna carrera en el Pro Tour y tengo el mismo presupuesto que ellos. Es un poco triste, pero soy optimista de cara al futuro porque sé que el trabajo al final da sus frutos».
Claro que la actuación de su equipo en el Tour ha sido muy mala y él mismo lo admite: «Un equipo debe ganar, es necesario hacerlo. Tenemos muchos corredores capaces, que están lejos en la general, pero son fuertes y rápidos. Todos tienen una punta de velocidad para triunfar en una escapada o incluso para hacerlo en montaña. No vamos a hacerlo siempre tan mal».
La ausencia de Brochard
La actuación del equipo ha puesto en entredicho la elección de los nueve corredores para el Tour, sobre todo por la ausencia de Brochard tras estar a punto de ganar la Vuelta a Luxemburgo y ser el mejor del equipo en Suiza: «Elegí a los mejores del equipo en diciembre, les hemos dejado tiempo y en París se verá. Pero soy yo el que debe hacer la selección, no los periodistas».
Asume que Brochard «no ha aceptado su no selección. El quería hacer el Tour, es uno de los mejores compitiendo, pero ya lo hizo el año pasado...».
Brochard, por su parte, manifestó a GARA que «tenía ganas de hacer el Tour porque podía ser el último y soñaba con despedirme con alguna victoria de etapa, no tengo más que una y me gustaría sumar otra. He intentado ganarme la plaza y luego el director elige. Quería estar por mí, porque para acabar mi carrera espero hacer un año más de profesional y acabar el Tour en París después de no poder hacerlo el año pasado».
Lo más difícil de entender es que Bernaudeau haya roto este año su línea de presentar en el Tour a nueve franceses con Florencio, Clement y Tschopp y se haya quedado fuera el ciclista de más carisma que tiene. «No soy alguien muy expresivo, soy muy natural y ese tipo de personas gustan a la gente. Además se valora mi regularidad. Llevo dieciséis años en profesionales y lo que más me gusta es competir, intentar ser el mejor y hacer buenos resultados. Todos los años he estado entre los mejores salvo el pasado, en el que estuve operado. Si continúo es porque tengo esa regularidad y el cuerpo me lo permite».
Por eso quiere seguir un año más y acabar con cuarenta porque «es un número redondo y porque tengo la misma ilusión que cuando debuté en 1992. Tengo ganas de andar en bici y, sobre todo, pasión y una condición física que me lo permite».
Además es el último campeón mundial francés, título logrado en Donostia en 1997: «Fue algo muy importante y tengo un gran recuerdo, mi popularidad explotó. Sólo ocho franceses lo hemos logrado y cuando ves eso te das cuenta de que logras algo extraordinario. Pero no me quedaría con sólo una victoria de mi carrera. Para mí es importante la primera que logré, mis etapas en Tour y Vuelta, lo cogería todo en su conjunto».
Tras acabar su ciclo de once años en profesionales, Bernaudeau creó un equipo amateur que ha sido el mejor francés de las últimas dos décadas y de él han dado el salto la mayoría de los corredores del Bouygues Telecom.
La ausencia del campeón Mundial de 1997 en Donostia, año en el que logró su etapa del Tour en la meta de ayer, pese a su buena actuación en Luxemburgo y Suiza, ha levantado críticas sin que los elegidos hayan justificado la decisión.