La vicepresidenta del Gobierno español, Maria Teresa Fernández de la Vega, entró ayer en la polémica abierta por el injustificable secuestro del último número de «El Jueves». Ante ese intolerable ataque a la libertad de expresión, De la Vega valoró que habrá que abordar la cuestión de si tiene o no sentido el secuestro de publicaciones, por entender que actuaciones como la ordenada por Juan del Olmo son «propias del pasado».

En definitiva, la vicepresidenta venía a poner de manifiesto que, en esta era de internet, ese mecanismo del secuestro de publicaciones no tiene el efecto apetecido. Es de desear que a partir de ese diagnóstico, la «número dos» del Gobierno del PSOE no plantee la necesidad de buscar nuevos y más sofisticados sistemas de censura de ideas. En todo casi, y por hablar de otras actuaciones «propias del pasado», sería conveniente que el partido y el gobierno al que representa De la Vega se planteara si no es una cosa del pasado el cierre de medios. «Egin», Egin irratia, «Ardi Beltza», «Euskaldunon Egunkaria»... se silenciaron en su día por decisiones políticas adoptadas por el PP que el PSOE no ha enmendado. Las consecuencias de ese atropello se extienden hasta hoy y amenazan a personas de reconocido prestigio social en Euskal Herria que aguardan sentencia, en el caso de «Egin», y juicio, en el del diario editado sólo en euskara.